Empresas y finanzas

Abengoa negociará su salvación hasta el 27 de julio tras lograr "apoyos relevantes"

  • El consejo apuesta por agotar todas las vías y urge a los bancos a cerrar un acuerdo
  • Los acreedores enfrentan una quita de casi 3.000 millones para salvar la firma
Gonzalo Urquijo, presidente de Abengoa

Javier Mesones, Rubén Esteller

El consejo de administración de Abengoa ha decidido prorrogar hasta el 27 de julio las negociaciones con los bancos, los acreedores, los proveedores y el Gobierno para tratar de evitar la quiebra de la compañía al observar que "siguen desarrollándose de forma favorable, habiéndose dado apoyos relevantes pendientes de materializarse con la documentación definitiva".

En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) al cierre de la jornada bursátil, Abengoa señala que "tras haber recabado los oportunos asesoramientos internos y externos, el consejo estima que, en las actuales circunstancias, se deben agotar todas las alternativas dirigidas a la continuidad del negocio del grupo". En este sentido, "el consejo quiere recalcar que la ausencia de liquidez y avales están afectando de manera severa al negocio haciendo muy difícil su viabilidad si no se cierra la operación en el corto plazo". El consejo se ha emplazado a tomar la decisión definitiva en una sesión el próximo 27 de julio.

Abengoa esquiva así por ahora el concurso de acreedores. La bolsa había anticipado la positiva evolución de las negociaciones, después de que los sindicatos lanzaran esta mañana mensajes en este sentido y ante la enorme presión que está realizando Moncloa sobre la banca para alcanzar un acuerdo. 

La CNMV suspendió de cotización poco a antes de las dos de la tarde las acciones de Abengoa en una jornada en la que han llegado a subir un 70%.

La compañía negocia desde hace dos meses un acuerdo con sus acreedores, sus proveedores y el Gobierno para aprobar la reestructuración financiera con la voluntad de Moncloa de salvar una de las empresas insignia de Andalucía, con más de 14.000 trabajadores en todo el mundo, como principal baza.

El consejo de administración de la ingeniería ha hallado que los pasos dados en los últimos días en el marco de las negociaciones son suficientes para apoyar una nueva prórroga, tal y como las fuentes consultadas por este diario habían anticipado.

El plan de Abengoa se conforma de cuatro partes y todas ellas han de ser aprobadas para que tenga éxito, lo que hace aún más complejo el proceso. El 30 de junio finalizó el plazo que se había fijado la compañía y lo amplió en 14 días (hasta este martes). Pero el margen ya es mínimo -está sin liquidez y en junio ya no ha podido pagar completamente las nóminas-. La decisión del consejo está sometida además a su propia protección para evitar responsabilidades legales futuras.

Están involucradas las ministras de Economía, Nadia Calviño, y de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto

Las presiones por parte del Gobierno a la banca son, en cualquier caso, máximas, según relatan fuentes financieras. Están involucradas las ministras de Economía, Nadia Calviño, y de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto. Desde hace varias semanas, Santander, Bankia y Calyon (Credit Agricole), los más expuestos, han mostrado su disposición a participar en el crédito de 250 millones de euros avalado al 70% por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) que ha solicitado Abengoa, pero lo supeditan a que se sumen CaixaBank, BBVA y Bankinter, con una posición mucho más reacia. Las entidades han pedido también que el ICO aporte una parte del préstamo, no solo el aval.

El problema es que en este momento tanto los bancos como el ICO se hallan inmersos en decenas, e incluso cientos, de procesos paralelos de refinanciación. Entran así en juego los equilibrios entre las entidades financieras más allá del caso Abengoa y salen a la luz las demandas de unos y otros en según qué reestructuración. Los bancos seguían este lunes sin ponerse de acuerdo sobre el reparto de los 250 millones. Sería una nueva inyección tras las acometidas en las refinanciaciones de 2017 y 2019.

Existen mayores consensos en los 300 millones de avales que ha solicitado Abengoa con la garantía al 50% del Cesce. En este caso, CaixaBank, BBVA y Bankinter tendrían más disposición. El planteamiento es que estos avales sean para proyectos en los próximos dos años, a razón de 150 millones en 2020 y 150 millones en 2021, aunque las cantidades finales podrían variar.

Negociación con proveedores

La tercera pata es la quita a los acreedores. A estos y a los que inyecten nueva liquidez les ofrece más del 90% de Abenewco1, el vehículo con la mayoría de los activos de la firma -a los accionistas de Abengoa les quedaría menos del 10%-. Figuran los tenedores de los diferentes tramos de deuda antigua. El objetivo es eliminar la mayor parte de los convertibles que emitieron por casi 3.000 millones en la última reestructuración y pasar de una deuda bruta de 4.225 millones a menos de 1.000 millones, incluyendo los 250 millones de nueva liquidez.

En consecuencia, los antiguos acreedores tienen que decidir entre perderlo todo en el concurso o asumir una quita de cerca del 90% en algunos casos, con una pérdida de cerca de 3.000 millones, y confiar en que el plan de viabilidad les permitirá a futuro recuperar una parte.

El último punto es el de los proveedores, entre los que conviven algunos que ya no tienen relación comercial con Abengoa o que son extranjeros y tienen una sensibilidad menor sobre la situación del grupo. La empresa plantea liquidar la deuda comercial de 682 millones a través de derechos sobre activos y arbitrajes y con créditos participativos. Los principales proveedores sí están dispuestos a aceptar.

Menos de 1.000 millones

Abengoa plantea situar su deuda por debajo de los 1.000 millones, incluyendo los 250 millones de nueva liquidez. Al cierre de 2019, tenía 5.948 millones de deuda financiera bruta: 1.165 millones están ligados a activos en venta y 558 millones a financiación de proyectos. La deuda bruta corporativa asciende a 4.225 millones, a los que restaría los 682 millones de proveedores y cerca de 3.000 millones a través de quitas.