El juez protege a 'La Alpujarra' para que no se venda jamón polaco como español
- Defiende la marca 'Jamón de La Alpujarra' como indicación geográfica protegida
- Comapa quería tener vía libre para vender producto de otros países usando la enseña
Javier Romera
La Asociación de Productores de Jamón de Trevelez y La Alpujarra ha ganado la batalla legal a Comapa, la empresa que bajo el anterior equipo gestor, vendía jamón polaco con ofertas de hasta 25 euros la unidad como si procediera en realidad de esta comarca granadina. La empresa cárnica madrileña, proveedora de cadenas como Carrefour o Ahorramás, entre otras, presentó una demanda en el juzgado de lo Mercantil número 11 de la capital de España, para solicitar que se eliminara la marca Jamón de la Alpujarra, algo que el tribunal ha desestimado por completo. El juez asegura que la indicación de la marca colectiva tiene por objeto "distinguir el referido producto alimenticio, informando al consumidor que el mismo procede de una zona geográfica concreta".
Comapa estaba vendiendo jamones polacos bajo las enseñas Sierra Alpujarra y Trevedul, enfrentándose así a los productores de la zona, que la acusaron de confundir a los consumidores.
En la sentencia, a la que ha tenido acceso elEconomista, el juez deja ahora claro que la marca Jamón de La Alpujarra "tiene por objeto identificar únicamente aquellos productos que cumplan las condiciones y requisitos establecidos en el Reglamento de uso de la marca de garantía, certificando que los productos identificados con ella tienen unas condiciones, características y calidad que los diferencian de aquellos productos que no resultan amparados por la marca titularidad de la demandada", por lo que desestima íntegramente la solicitud de Comapa.
A diferencia del jamón de Trevélez, los jamones de La Alpujarra no tienen una Indicación Geográfica Protegida, pero sí que están reconocidos como Marca de Garantía y sometidos, por lo tanto, a un reglamento aprobado por la Junta de Andalucía.
La sentencia dictada ahora resulta de una gran importancia porque los productores de Granada han denunciado también a Comapa y la sentencia deja claro la necesidad de reconocer a un determinado territorio. Pilar Álvarez, secretaria de la Asociación de Productores de La Alpujarra, explicó ya el pasado mes de marzo, después de que este periódico destapara la venta masiva de jamón polaco como si fueran andaluces, que "aunque está permitido que la carne se traiga de fuera, se tiene que curar en La Alpujarra" y eso es algo que Comapa, según decía, no estaba haciendo, "por lo que hemos presentado varias denuncias en Madrid, Valencia y Andalucía".
Comapa "carece de interés legítimo para interponer una demanda de nulidad", alegaban los productores
Comapa, que se ha llegado a convertir en la principal distribuidora de productos ibéricos de España, alegó ante el tribunal que "la marca colectiva Jamón de la Alpujarra no incluye ninguna mención al carácter garantista o certificador del producto amparado bajo ella, indicando únicamente que el producto procede de la sierra de la Alpujarra".
En esa misma línea, insistía también en que "no se vincula a ninguna asociación, no percibiéndose la misma por el consumidor como identificador de una asociación de productores determinada".
Los productores de La Alpujarra se defendieron asegurando, por su parte, que Comapa "carece de interés legítimo para interponer una demanda de nulidad", ya que no se ve afectada por la existencia de sus marcas y que "el producto está perfectamente identificado" puesto que procede de una zona geográfica concreta.
La decisión del juez
La Asociación de Jamón de Trévelez, que ha logrado convencer con sus argumentos al juez, insistía en en la necesidad de que el jamón esté perfectamente identificado "al ser un único producto que procede de una zona geográfica concreta".
El pasado mes de abril, la compañía catalana Vall Companys asumió la gestión de Comapa, compañía en la que tiene cerca del 30% del capital, destituyendo a los antiguos gestores, David y Jaime Álvarez Fra, a los que acusó de haber estado incurriendo en prácticas que trataban de confundir al consumidor. La cárnica acabó presentando sin embargo el pasado 23 de septiembre concurso de acreedores, lo que implicó además la dimisión en bloque de todo el consejo de administración, que había tomado el mando unos meses antes.
Prácticas agresivas
En un comunicado, Vall Companys recuerdó en ese momento que acordó "relevar de los órganos de administración y dirección a los hermanos David y Jaime Álvarez, debido a una negligente gestión al frente de la empresa", que "se significaba por emplear prácticas comerciales e industriales agresivas, no sostenibles y que han puesto en riesgo la viabilidad empresarial de la compañía".
Los productores alertaron que al utilizar el nombre de la comarca granadina se estaba incurriendo en un fraude. "Al usar el término Sierra Alpujarra dan a entender que el producto es de esta zona, cuando en realidad no tiene nada que ver", asegura la representante de los productores. Comapa estaba importando la carne de Polonia, uno de los países que más ha sufrido la peste porcina africana en Europa, con el objetivo de poder distribuir producto a muy bajo coste.
El nuevo equipo gestor que entró en abril puso fin sin embargo a estas prácticas y optó por vender solo jamones procedentes de cerdos españoles. En el mercado siguen sin embargo todavía algunos productos polaco, como una oferta a 45 euros la pieza, que se está distribuyendo en las tiendas de Ahorramás bajo la marca Montaño. Desde la firma Vall Companys aseguran que se apostó por una marca en desuso para no confundir al consumidor, como ocurría antes.