Base más sólida para el alza bursátil
elEconomista.es
La última reunión del BCE superó expectativas. Los analistas se conformaban con que el eurobanco bosquejara un esquema sobre sus planes para culminar la retirada de los estímulos monetarios, pero Fráncfort llegó más lejos.
Por un lado, los pasos para acabar con la expansión cuantitativa han quedado perfectamente definidos y se confirma que serán muy graduales. El cierre del programa de compras de deuda no acaecerá en septiembre, como hasta ahora parecía probable, pero en ese mes sufrirá una reducción sustancial (de 30.000 millones mensuales a 15.000 millones). Será el preámbulo para su clausura, que tendrá lugar en diciembre.
Sin embargo, el presidente del BCE, Mario Draghi, fue más explícito en su mensaje al dar mejores pistas de las habituales sobre cuál es el calendario de la institución para subir tipos. Sus palabras apuntan a que el primer incremento podría llegar tras el verano de 2019. Una indicación así basta para dejar claro que el ciclo del dinero casi gratis en la Eurozona está en su recta final, y el sector financiero puede confiar en que el alivio del alza de tipos será una realidad en el medio plazo. Con estos argumentos, la banca europea multiplica sus atractivos para los inversores, lo que repercutirá en los índices bursátiles del Viejo Continente (especialmente en aquéllos tan bancarizados como el Ibex 35).
Sin duda, no todas las incógnitas se han despejado en la Unión Monetaria. La desaceleración económica del bloque es un hecho (el BCE reduce ligeramente sus previsiones de PIB para 2018) y el Gobierno italiano aún puede crear inestabilidad. Sin embargo, la claridad del mensaje del eurobanco proporciona una base más sólida para que las alzas bursátiles continúen y sea posible recuperar los máximos del año.