Editoriales

El BCE confirma el nuevo escenario

    En la imagen, Mario Draghi.

    elEconomista.es

    El BCE ha tenido gran protagonismo en los últimos meses de este año, especialmente desde que, en octubre, corrieran rumores de que la institución barajaba retirar sus estímulos monetarios (conocidos como QE). Ya entonces, el presidente del eurobanco, Mario Draghi, terció en la polémica descartando un "final abrupto" de sus compras, pero sin cerrar la puerta a una moderación cautelosa de su ritmo. Ayer, Draghi supo adaptarse al guión que él mismo fijó. Las claves de la reunión.

    No se puede hablar de una retirada de estímulos cuando se ha confirmado que estos se prolongarán más allá de su término hasta ahora fijado en marzo. El QE llegará, como mínimo, hasta diciembre de 2017 y dispondrá de un repertorio ampliado de activos, ya que incluirá los títulos con vencimiento a un año y los que rindan por debajo del 0,4% negativo.

    Ahora bien, Draghi considera que llegó el momento de moderar el ritmo de las adquisiciones, de manera que éstas pasarán de los 80.000 millones de euros mensuales de la actualidad a 60.000 millones. El BCE deja claro así que, pese a las incertidumbres que aún se ciernen sobre la economía europea (desde el bajo crecimiento hasta la inestabilidad política), el resurgir de la inflación crea un nuevo escenario al que es preciso anticiparse.

    De hecho, el eurobanco eleva su previsión sobre el IPC de 2017 al 1,3% y descuenta que, en 2018 y 2019, cumplirá con el objetivo de estabilidad, inferior pero ya cercano al 2 por ciento. En ese contexto serán inexcusables las subidas de tipos de interés, lo que demuestra que la era del dinero gratis a escala global ya se encuentra en retirada. Lo confirmará aún más la Reserva Federal de EEUU al retomar, la semana próxima, el endurecimiento de su política monetaria.