El calendario político de 2018 tiene dos elecciones importantes a tener en cuenta, por el impacto que podrían tener en los mercados: Italia, que tendrán lugar el 20 de mayo como tarde, y Brasil, ya en octubre, un evento en este caso de gran peso para la bolsa española. Además, los grandes banqueros centrales Yellen y Kuroda dejarán el cargo el año que viene.
La previsión meteorológica que representa el calendario político, monetario y macroeconómico el año que viene trae algunas nubes en el horizonte. Si bien hay quien cree, como es el caso de Deutsche Bank, que "la dinámica de crecimiento se impondrá a la geopolítica el año que viene", el riesgo político es, para otros, uno de los principales factores que podría arruinar precisamente ese crecimiento sincronizado que esperan tantos analistas. Es el caso de Goldman Sachs, quienes consideran que "los grandes riesgos para nuestras perspectivas de crecimiento global son políticos". Al margen de problemas geopolíticos como las tensiones entre Corea del Norte y Estados Unidos, o las que hay entre Arabia Saudí e Irán, hay que destacar que será un año de elecciones en países como Brasil, Italia, México o Rusia, entre otros, además de que los cambios en la política monetaria, y en los cargos que deciden sobre esta cuestión en grandes bancos centrales del mundo, como la Reserva Federal, o el Banco de Japón, jugarán un papel destacable durante el siguiente año.
De hecho, el primer evento destacable es el cambio de tercio en la presidencia de la Reserva Federal. El día 3 de febrero Janet Yellen, quien ha llevado las riendas de la institución durante 4 años, desde principios de 2014, será sustituída por Jerome Powell, quien se espera continúe con la política de subir tipos de forma cautelosa, como ha hecho su predecesora, algo que reduce el riesgo de que este cambio tenga importantes consecuencias en los mercados. No es el único cambio de banqueros centrales que habrá el año que viene, ya que Haruhiko Kuroda, el gobernador del Banco de Japón, deja su cargo en marzo de 2018, y que Vítor Constancio, vicepresidente del Banco Central Europeo, se marcha el 31 de mayo, y se rumorea que su puesto podría ser ocupado por el ministro de Economía español, Luis de Guindos.
Todos los eventos ya mencionados son importantes, pero no tanto como las elecciones en Italia, que se producirán el 20 de mayo como tarde, o las de Brasil, previstas para octubre.
Las elecciones italianas "podrían tener un impacto profundo en Europa si se diese una victoria populista", destacan desde Goldman Sachs, quienes añaden que "si bien las encuestas de opinión apuntan a unos resultados fuertes por parte del Movimiento 5 Estrellas, nuestra previsión es que las elecciones dejarán una coalición amplia que no pondrá en cuestión la participación de Italia en el euro, o su membresía en la Unión Europea", algunas de las cosas que pone en cuestión el partido populista. Desde Lombard Odier, por su parte, destacan cómo "la nueva ley electoral implementada en octubre favorece a los partidos mayoritarios capaces de formar alianzas, y penaliza aquellos partidos que rechazan hacer coaliciones, como es el caso del Movimiento 5 Estrellas". Para ellos, "el principal partido antisistema de Italia tiene una gran barrera por delante: la combinación de un nuevo sistema electoral que les perjudica, su reticencia a aliarse con nadie, y sus resultados pasados".
Las elecciones brasileñas del año que viene son el evento con más potencial de castigar o beneficiar a la bolsa española. Hay mucha exposición al país carioca por parte de grandes cotizadas del Ibex 35, con empresas como Banco Santander, que recibió en 2016 un 25% de sus ingresos de Brasil, Telefónica, con un 22%, o Mapfre, Dia y Prosegur, con un porcentaje similar durante el año pasado.
Es cierto que las encuestas electorales que se han lanzado hasta ahora auguran una victoria del expresidente Lula da Silva, pero desde Citi consideran que no será candidato ya que lo más probable es que se le considere inelegible en verano del año que viene, antes de las elecciones.
Desde el banco suizo UBS asignan una probabilidad del 70% a que finalmente salga elegido un candidato reformista, que mantendrá la agenda económica actual, frente al 30% de posibilidades de tener un presidente populista.
Las elecciones en México del día 1 de julio también están marcadas en el calendario, con Deutsche Bank consisderando que Andrés Manuel López Obrador, del partido Movimiento Regeneración Nacional, será el ganador entonces, un candidato que no es promercado. Las negociaciones sobre el acuerdo comercial NAFTA son otra clave a tener en cuenta, pero desde Solunion, una joint venture especializada en seguros de crédito de Mapfre y Euler Hermes, destacan que "las negociaciones se extenderán hasta marzo de 2019", algo que hará que "su implementación no tenga lugar hasta 2019".