El 31 de octubre de 2011 el segundo presidente de la historia del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, dejaba su cargo y se marchaba con el sabor amargo de haber cometido uno de los errores en política monetaria que sería más recordado: el presidente del organismo, defendiendo que se acercaban presiones inflacionistas, subió los tipos de interés en abril de 2011 y lo hacía de nuevo en julio. El precio de la vida avanzaba ese año por encima del 2% interanual, el nivel objetivo que no debe superar, bajo el control y la supervisión del BCE. Lo que Trichet no fue capaz de anticipar era la llegada de los días más negros para la eurozona: la crisis de deuda que llegó a poner en jaque la superviviencia del euro, y que terminó evidenciando que la subida de tipos no había sido la decisión acertada.
Mario Draghi, quien fue el relevo del francés y desde entonces ha manejado las riendas de la entidad, se enfrenta ahora a un escenario que podría terminar de forma similar. En un contexto en el que muchos analistas avisan de que el BCE ya va tarde en la subida de tipos, el consenso de mercado espera un incremento antes de que acabe el mandato de Draghi el año que viene. Este movimiento, según destacan varios expertos, coincidiría con el final de la etapa de subidas de la Reserva Federal (Fed).
La primera decisión del economista italiano al frente del BCE fue bajar los tipos que sólo cuatro meses antes había subido su predecesor, haciendo patente el error que había cometido Trichet. La tendencia de bajada de tipos continuó durante cinco años, hasta que en 2016 estos tocaron suelo en el 0%. Desde la de Trichet, el BCE no ha acometido ni una sola subida en el precio del dinero y ahora que los expertos empiezan a vislumbrar que se acerca el momento en el que el organismo va a aumentarlo por primera vez desde 2011 -según Bloomberg, el mercado descuenta la primera subida de los tipos de interés de referencia para septiembre de 2019-, hay quien cree que, si Draghi decide incrementarlos justo antes de dejar el cargo, el movimiento podría haber llegado tarde.
"El BCE no subirá los tipos de interés al menos hasta después del verano de 2019", señaló Draghi en la reunión del mes de junio, y el problema es que, como explica Joachim Fels, director general y asesor económico mundial de Pimco, "cuando nos situemos en ese después del verano puede haber llegado el momento en el que la Fed haya terminado ya de subir sus tipos de interés".
John Stopford, co-director de la estrategia multiactivos en Investec, explica que los modelos que utilizan para tratar de ver señales de recesión indican "una probabilidad del 50% de que llegue una recesión global a dos años vista. Parece que este ciclo va a terminar en algún momento entre finales del año que viene y de 2020", añadiendo que es "bastante probable que llegue una recesión antes de que el BCE endurezca su política". No hay que olvidar que, al menos en lo que respecta a EEUU, el ciclo actual de crecimiento económico ya es uno de los más largos que se recuerda.
Los indicadores de mercado no son nada halagüeños: según Bloomberg, el mercado descuenta actualmente que la Reserva Federal no subirá los tipos ni una sola vez en 2020; según la agencia, en diciembre de este año el organismo que dirije Jerome Powell los aumentará, y lo hará de nuevo en marzo del año que viene, dejando el precio del dinero en el 2,5-2,75%, un nivel desde el que no se esperan más subidas hasta enero de 2020, fecha en la que Bloomberg deja de monitorizar la probabilidad.
En esta tesitura, algunos expertos creen que Draghi evitará caer en el error de Trichet, ya que no será el italiano el encargado de aumentar los tipos en la eurozona. Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, cree que "Draghi no va a subir los tipos en su mandato. El BCE no está mirando lo que hace la Fed, sino que, desafortunadamente, está más cerca de lo que está haciendo el Banco de Japón", organismo que sigue manteniendo una política monetaria muy laxa.
Considera que el gran problema del BCE es que "ha sido extremadamente cauto, con una política monetaria que debía haber parado hace meses". El experto señala cómo "todo el mundo está preocupado porque el BCE está más inclinado a cometer los errores del pasado que a intentar ser más agresivo, para tener alguna herramienta con la que combatir cuando lleguen los problemas".
Para Francisco Saiz, director de inversiones de Imantia Capital, una de las claves está en la situación en Italia: "Hay una posibilidad de que suba tipos antes de irse, si la inflación acompaña sus previsiones y aumenta porque hay inflación salarial. Quizá sería una subida en la facilidad de depósito, pero esta afectaría al tramo monetario y a toda la curva de tipos de interés. Lo vemos factible, siempre, eso sí, que la situación en Italia se reconduzca". El experto avisa de que "no vemos al BCE cometiendo el mismo error de Trichet. Draghi es mucho más práctico y si el escenario se complica, lo mismo que la Fed echará el freno en las subidas, el BCE será sensible y no endurecerá su política monetaria".