La debilidad del euro, incapaz de superar los 1,20 dólares, está sosteniendo el aliento de las bolsas europeas, que se niegan a corregir a pesar de la evidente fatiga alcista que presentan. Ni la incertidumbre política en Italia, ni las tensiones geopolíticas la política, ni la crisis en Argentina, ni siquiera el conflicto independentista en Cataluña están sirviendo de excusa para poner freno a una escalada que sigue teniendo como primer objetivo los máximo del año y como meta final los altos de 2015.
"La elevada sobrecompra que arrastran las plazas del Viejo Continente, tras siete semanas consecutivas al alza, está provocando, como es del todo normal, que cada vez existan más dificultades para que sigan sosteniéndose los ascensos", reconoce Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, quien, eso sí, admite que "estas dudas no están siendo suficientes para que se confirme ninguna pauta bajista que plantee la posibilidad de ver un techo a corto plazo, algo que en gran parte es gracias al comportamiento del mercado norteamericano".