La primera edición de las conferencias sobre Estabilidad Financiera, organizadas por el Banco de España y el Centro de Estudios Monetarios y Financieros -CEMFI-, contó con un invitado de lujo: Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo -BCE-. El economista italiano pasó por Madrid y dejó su opinión sobre la situación del sector financiero europeo, destacando la relación que mantiene la estabilidad de la industria con la política monetaria de la que él es responsable, además de dar su opinión sobre los riesgos que hay que vigilar en este aspecto.
Según su discurso, Draghi está tranquilo y no ve grandes problemas en el horizonte, ya que los principales aprietos que hay que vigilar en relación a los bancos y aseguradoras parecen controlados. Eso sí, aprovechó el discurso para dar un toque de atención al sector europeo, destacando que "desde el año 2010 no ha mejorado su eficiencia de costes", una estrategia en la que se está quedando atrás frente a muchos comparables internacionales.
En el contexto actual, Draghi cree que son 3 los riesgos que hay que "vigilar de cerca": la posibilidad de que la política monetaria del BCE obligue a la banca a tomar riesgos excesivos, el impacto de sus medidas en la rentabilidad de este sector, y el impacto negativo que puede tener en los inversores institucionales como aseguradoras y gestores de fondos de pensiones. El primero y el último están relacionados: "Los bajos tipos de interés pueden hacer que los bancos suavicen sus exigencias para conceder créditos en busca de mayores rentabilidades", un problema similar al que podrían generar las aseguradoras, en las que "los bajos tipos presionan su rentabilidad, y para conseguir sus objetivos podrían asumir riesgos excesivos".
Uno de los riesgos más problemáticos que tiene en mente el presidente del BCE es que se produzca una burbuja de crédito, "típicamente relacionada con el mercado inmobiliario". "El aumento en el valor de este mercado apoya el incremento del crédito, lo que, al mismo tiempo, contribuye a inflar el valor del activo inmobiliario", explicó Draghi. "Cuando la burbuja estalla, el colateral que soporta el crédito pierde valor, generando un desequilibrio entre la capacidad de pago del prestamista y el prestarario". A pesar de todo, Draghi quiso dejar bien claro que la entidad vigila de cerca estas posibilidades, y "no hay evidencias de un desarrollo de este tipo de burbujas", como también cree que los bancos siguen siendo "prudentes" a la hora de conceder créditos.
La rentabilidad de la banca puede verse afectada negativamente por las medidas no convencionales de la política del BCE, admitió el presidente de la entidad. Sin embargo, considera que "el deterioro que han sufrido los ROE -retorno del capital- de la banca desde la crisis debe ponerse en perspectiva, ya que forma parte de una transición hacia una situación más sostenible y normalizada".
Además, Draghi no dejó pasar la oportunidad de advertir a la banca de que puede mejorar su rentabilidad por su cuenta, si lleva a cabo más recortes de gastos. "Todavía hay espacio amplio para que una gran parte del sector financiero incremente su rentabilidad a través de recortes de costes orgánicos. La eficiencia de costes de la banca de la eurozona no ha mejorado desde el año 2010, y se compara negativamente con muchos de sus comparables internacionales", avisó el presidente.
Para el sector asegurador lanzó otra recomendación: "quizá tengan que adaptar sus modelos de negocio, por ejemplo continuando con la reducción de su dependencia a los planes garantizados".
Mientras Mario Draghi explicaba sus conclusiones sobre el sector bancario en Madrid, el BCE publicaba un informe en su portal web en el que alerta de la posibilidad de ver una rápida caída en los precios de los bonos, con su correspondiente incremento en rentabilidad. La entidad destaca que, según su última Revisión de la Estabilidad Financiera de la eurozona, los indicadores de riesgos sistémicos se han mantenido bajos durante los últimos seis meses. "Sin embargo," avisa la entidad, "el riesgo de una rápida caída en los precios del mercado de bonos sigue presente. En Europa podría materializarse por el contagio de otras economías avanzadas, que cuentan con rentabilidades más elevadas, como es el caso de Estados Unidos. A medida que los inversores siguen ampliando la duración de sus carteras de bonos, están expuestos a más riesgos de mercado", destaca el BCE. Existe la posibilidad, además de que "reaparezcan los miedos sobre la sostenibilidad de la deuda", ya que el riesgo de que esto ocurra "ha aumentado durante los últimos seis meses". Otros problemas relacionados a los que apunta la entidad llegan al margen del sector bancario, teniendo en cuenta "el alto nivel de impagos en las empresas europeas no financieras".