Descensos generalizados en las bolsas europeas que vuelven a cotizar en tierra de nadie, lejos de niveles técnicos que puedan provocar algún cambio significativo, lo cual no hace más que reforzar nuestra idea de que estamos ante una fase de mercado con pocos visos de ser tendencial sino más bien consolidativa y sin un rumbo demasiado definido. En este tipo de situaciones pueden verse pérdida de soportes y ruptura de resistencias muy poco fiables y de ahí que estemos más pendientes que nunca de que encajen todas las piezas en el entorno de correlaciones para poder fiarnos de eventuales movimientos en las bolsas. En este sentido, para que podamos ser positivos es preciso que al otro lado del Atlántico se superen resistencias clave, como son los 3.190 puntos del S&P 500 y los 27.000 puntos del Dow Jones Industrial.
En lo que se refiere al Ibex 35, que fue el lunes el único índice europeo que no logró batir resistencias y una vez más demostró ser muy intuitivo, seguimos insistiendo que no podremos hablar de fortaleza que aleje los riesgos bajistas mientras no supere la importante resistencia que encuentra en los 7.600-7.663 puntos.