No es ninguna novedad que las bolsas europeas estén manteniendo el tipo durante las últimas semanas gracias al excepcional comportamiento de Wall Street, pero mucho nos tememos que en cuanto al otro lado del Atlántico la presión compradora comience a encontrar dificultades para seguir sosteniendo los avances y comience una fase de consolidación o corrección de parte de su última y fuerte subida, las bolsas europeas van a sufrir muy probablemente una fuerte presión vendedora que las lleve a buscar la zona de mínimos del año.
Por el momento Wall Street no está dando su brazo a torcer y para tener evidencias técnicas que sugieran que el rebote que nació el pasado 23 de marzo podría haber finalizado, lo mínimo exigible es que los índices norteamericanos cierren el hueco que abrieron al alza este lunes, para lo cual deberíamos ver como el S&P 500 (SP500.CH) cierra una sesión por debajo de niveles de 2.863 puntos, que todavía se encuentran a un 2,50% de distancia de niveles actuales.
Al cierre de la jornada de hoy las bolsas europeas han cedido posiciones en una sesión en la que lo más llamativo ha sido ver como el DAX 30 (DAX.XE) alemán, que representa la fortaleza en Europa junto con la bolsa holandesa, no ha sido capaz de batir claramente el techo del amplio lateral que acota la consolidación durante las últimas semanas, esto es resistencias de 11.235 puntos. Habrá que esperar a mañana, donde tenemos cita con el cierre semanal, para ver si las bolsas europeas son capaces de batir resistencias como esa y los 2.927 del Eurostoxx 50, que es lo mínimo exigible para que se alejen temporalmente los riesgos bajistas, que se volverían a activar si se pierden soportes de corto plazo como son los 10.935 del DAX 30 alemán.