Situación de corto plazo:
Los principales índices de referencia estadounidenses han arrancado la semana con hueco alcista alentados por la tregua comercial entre EE.UU y China. Este comienzo de semana junto a la envolvente alcista de la pasada semana, fundamentalmente sustentada en la importante subida que vimos el miércoles tras las palabras del presidente de la Fed, son una clara señal de fortaleza a corto plazo que aleja los riesgos de ver una recaída a los mínimos del año, pero que no podemos aún considerar que los cancela definitivamente de cara a próximas semanas.
El rebote de corto plazo ha servido para aproximar a los índices a los máximos de noviembre, signo de fortaleza que abre la puerta a más subidas en el más corto plazo, pero no deja de ser algo normal dentro de una corrección que aún podría ser más amplia y compleja, en la que aún podríamos ver vaivenes de destacable magnitud antes de formar un suelo sostenible. Hablamos de que estamos ante una corrección de parte del tramo alcista originado desde los mínimos de 2016 que aún podría consumir más tiempo en lateral.
Para que se aleje en mayor medida el riesgo de ver una recaída a los mínimos del año es preciso que el origen del último segmento bajista sea superado, niveles como los 26.275 puntos de Dow Jones Industrial (DJI.NY). Sí eso sucede tendríamos que valorar seriamente la toma de posiciones en renta variable norteamericana en una posterior consolidación. No habrá ningún signo de debilidad destacable a corto plazo mientras se mantengan en pie los mínimos de la sesión del viernes, niveles como los 25.250 puntos de Dow Jones Industrial.
Operativamente, nuestra intención es aprovechar la importante liquidez que atesoramos, superior a los 70 puntos porcentuales, para comprar renta variable europea y norteamericana en cuanto tengamos evidencias de haber visto un suelo sostenible en la corrección o los índices estadounidenses alcancen sus mínimos del año.
Situación tendencial:
La fase de consolidación lateral que desarrolla el S&P 500 desde comienzos de este 2018, y que podría tener continuidad en el 2019, tiene visos de que podría ser idéntica o muy similar a la que vimos en 2015 y 2016. Hasta el momento estamos ante un calco a lo que vimos en la segunda mitad de 2015. Así, después de una fuerte caída, como la que vimos en octubre, el S&P 500 (SP500.CH) formó un amplio rebote tras el cual se desarrolló un nuevo movimiento bajista hacia los mínimos del año 2014, cuyos análogos serían ahora los mínimos de este año 2018, donde están los soportes urbi et orbi, que es lo que podríamos ver en próximas semanas o meses.
La tendencia alcista que definen los principales índices norteamericanos desde el año 2008 / 2009 solamente se pondría en jaque si los principales índices norteamericanos pierden los soportes urbi et orbi, que son la base de la última consolidación en los mínimos que marcaron el pasado 9 de febrero, tales como son los 2.532 del S&P 500 o los 6.164 puntos del Nasdaq 100 (NDX100.NQ), que son la línea divisoria que separa una consolidación, del todo normal en tendencia, de una corrección que pondría en jaque la continuidad de la tendencia alcista de largo plazo en Wall Street. Operativamente, una vuelta a esos soportes urbi et orbi la veríamos como una oportunidad inmejorable para comprar bolsa norteamericana.