Lo positivo a corto plazo es que la presión vendedora no está logrando por el momento provocar la pérdida de los distintos soportes que hace semanas vengo sugiriéndoles vigilar, como el que presenta el EuroStoxx 50 (SX5E.ST) en los 3.450 puntos o el Ibex (IBEX.MC) en los 7.765 puntos. Más lejos quedan los soportes que podríamos calificar como definitivos y como línea divisoria que separa un contexto potencialmente alcista de uno bajista en el que cabría esperar al menos caídas del orden del 10%, como son de forma general los mínimos que marcaron los índices el pasado mes de marzo y que ya frenaron las caídas en julio, como son los 12.400 del DAX (DAX.XE) 40 alemán.