
Los últimos datos relativos al desempleo ofrecidos por el Departamento de Trabajo de Estados Unidos fijaron la tasa de paro del mes de febrero en un 4,8%, una décima más que en el mes anterior, dejando al país al borde del "pleno empleo". No obstante, esta cifra de paro contrasta con la tasa de desempleo cercana al 29% que ha defendido Donald Trump tanto en la campaña electoral como durante su recién iniciada etapa en la Casa Blanca.
El actual presidente ya afirmó durante las primarias republicanas que el desempleo se encontraba "rozando el 20%", asegurando que los datos de paro cercanos al 5% que publicaba el Departamento de Trabajo no eran reales. Más tarde, en plena batalla por el Despacho Oval contra Hillary Clinton, Trump llegó a denunciar que la tasa de desempleo se encontraba "cercana al 29%", alegando que en Estados Unidos había una gran cantidad de "desempleo oculto". Su discurso caló hondo entre un importante sector de la población estadounidense que ha visto reducida su calidad de vida durante los años de dificultades económicas.
Aunque los datos de desocupación que presenta el Departamento de Trabajo son bastante bajos, los estadounidenses sí muestran estar preocupados por el desempleo en el país. Según una encuesta publicada por Gallup, el paro es el sexto problema que más inquieta a los ciudadanos, por delante de temas como la educación, el terrorismo o la sanidad.
"Un problema real"
Para Paul Isbell, investigador del Real Instituto Elcano, "Trump denuncia un problema real de falta de empleo". En Estados Unidos"hay un enorme desempleo estructural" porque durante los últimos 30 años "no se ha prestado atención suficiente a la pérdida de puestos de trabajo en las regiones que han sido víctimas de la desindustrialización". Isbell admite que las cifras que ofrece Trump, son "demasiado elevadas" pero considera "que hay muchas maneras diferentes de calcular el paro".
En la misma línea opina Elise Gould, economista perteneciente al think tank norteamericano Economist Policy Institute. "No existe un método específico para medir el desempleo", afirma, "sino que depende de en qué parte del mercado laboral se ponga el foco" a la hora de hacer el cálculo. Por ese motivo, añade, "es muy complicado saber si las cifras que defiende Trump son erróneas". No obstante, Gould considera que los métodos de medición oficial, pese a haber sido criticados por Trump, "ofrecen una imagen real del estado del mercado laboral estadounidense".
U-3 y U-6, dos formas de medir el desempleo
Las dos principales tasas de desempleo que utiliza el Departamento de Trabajo estadounidense son la U-3 y la U-6. La primera de ellas es en la que se basa la tasa de paro oficial y solo tiene en cuenta a aquellas personas que han estado buscando trabajo de manera activa en el último mes. Siguiendo la tasa U-3, el desempleo en Estados Unidos en estos momentos se encuentra en un 4,8%.
Por su parte, la tasa U-6 tiene en cuenta, aparte de a los parados que han buscado empleo de manera activa durante las últimas cuatro semanas, a aquellos que han buscado trabajo durante el último año pero que se han desanimado y llevan un mes o más sin realizar una búsqueda activa. A estos dos grupos, la U-6 también añade a aquellos trabajadores que están en empleos a tiempo parcial porque no tienen más remedio y quieren un trabajo a jornada completa. Sumando todos estos estratos del mercado laboral, esta tasa eleva el desempleo en Estados Unidos al 9,4%.
Para Gould, la U-3 es una buena forma de medir el desempleo "en términos macroeconómicos" para que las empresas sepan cuál es la cantidad de personas que están buscando trabajo de manera activa y por tanto tengan claro las posibilidades reales de contratación. Sin embargo, según Isbell, el desempleo del 4,8% que dictan las cifras oficiales "no refleja el número real parados que hay en el país norteamericano". El paro de Estados Unidos "está más cerca del 9,4% que marca la U-6", apunta, "aunque es probable que la cifra sea bastante mayor". El investigador considera que "hay mucha gente de entre 50 y 60 años que no figura en los datos de desempleo porque se han dado por vencidos y llevan años sin buscar trabajo". "Muchos se encuentran en zonas rurales o estados que han sufrido una fuerte desindustrialización donde Trump ha logrado gran parte de sus votos", sentencia Isbell.
Las críticas de Trump a la tasa de paro oficial están justificadas ya que el dato del 4,8% no tiene en cuenta a muchos sectores del mercado laboral afectados por las desindustrialización del país. Según datos del Bureau of Labor Statistics, tras la entrada de China en la Organización Mundial de Comercio en el año 2001 el porcentaje de la población activa que tiene un empleo ha caído en Estados Unidos de manera continuada afectado por la fuga de las empresas que buscan instalar su producción en mercados más competitivos.
Hoy, la población activa que trabaja ha pasado de un 66% a un 62,9%, llegando a niveles de 1978. El país norteamericano no ha sabido realizar una reconversión que permita a los antiguos trabajadores industriales readaptarse a otros sectores laborales. En esta línea, algunos expertos como el economista Peter Morici ya han apuntado que en Estados Unidos hay al menos 7 millones de personas entre los 25 y los 54 años que llevan años desempleadas porque aunque quieren trabajar no saben dónde.
Por tanto, al no buscar trabajo de forma activa no figuran en los datos oficiales de paro, contribuyendo así a que el país tenga una importante cifra de desempleo oculto. Siguiendo estos datos, el verdadero desempleo estadounidense podría superar el 10% aunque, eso sí, seguiría lejos de las cifras que defiende Donald Trump.