El 'flash crash' de lira turca: sufre la peor caída de su historia ante el pánico a un colapso de la economía
- La lira cayó cerca de un 14% durante unos instantes
- El desplome de la lira está erosionando los ratios de capital de la banca turca
elEconomista.es, Europa Press
La lira turca ha llegado a caer este viernes más de un 13% en su cotización frente al dólar, llegando a tocar 0,1577 dólares por unidad de la divisa turca, ante la falta de resultados en las recientes conversaciones entre Ankara y Washington y las crecientes tensiones en los últimas semanas en las relaciones entre ambos países, aliados en la OTAN.
Durante unos segundos de esta madrugada, la lira se ha llegado a cambiar por 0,1577 dólares en el mercado de divisas (a las 2:15 de la madrugada hora española), un desplome de casi el 14% que se ha moderado de forma instantánea hasta las cotas que se están viendo en estos momentos, que se mueven entre una caída del 8 y el 10%.
Los economistas de ING no han dudado en llamar a este fenómeno un 'flash crash', que ha sido incluso de mayor intensidad que el vivido por la libra esterlina en 2016 que llegó a caer por momentos un 6% contra el euro.
Por otro lado, expertos de Goldman Sachs publicaban en un informe hace escasos días que por cada 10 puntos porcentuales de la caída de la lira los bancos otomanos sufrían un impacto en su ratio de capital de 50 puntos básicos de media.
El desplome anual de la lira contra el dólar se acerca peligrosamente al 40%. La lira comenzó el año cambiándose por 0,2676 dólares, mientras que en la sesión de hoy el cambio es tan sólo de 0,1687 dólares por unidad de la divisa turca. Hablando fácil, el 'precio' de la lira turca se ha desplomado en pocos meses ante las malas perspectivas del país y el miedo de los inversores a que sus activos en Turquía sigan perdiendo valor, lo que intensifica las ventas de los mismos, un circulo vicioso que no se sabe cuándo puede acabar.
A este respecto, Bart Hordijk, analista de Monex Europe, señala que el fracaso de la visita turca a Washington y la aparente incapacidad o falta de voluntad del banco central otomano de apoyar a su moneda "han sido demasiado para la lira turca", que cae a tal velocidad que "lo primero que se me ocurre es un paracaídas que evite que se estrelle contra el suelo".
¿Una subida de tipos histórica?
"Este paracaídas podría ser una gigantesca subida de los tipos de interés de al menos 500 puntos básicos para calmar a los mercados y demostrar el claro compromiso del Banco Central de Turquía de apoyar la divisa", añade.
Aunque esta herramienta suele ser útil en este tipo de situaciones, lo cierto es que cuando los fundamentales económicos del país son muy malos puede no funcionar, como ocurrió en Argentina, las subidas de tipos de varios centenares de puntos básicos no evitó que el peso siguiera depreciándose, una situación que concluyó con la petición oficial de ayuda al Fondo Monetario Internacional.
Intento de tranquilizar a los mercados
En un comunicado publicado este jueves, el Ministerio de Finanzas de Turquía expresó su confianza en que la economía del país mantendrá para 2019 un ritmo de crecimiento "de entre el 3% y el 4%", añadiendo que el déficit por cuenta corriente será inferior al 4% del PIB.
En cuanto a la situación de los mercados, el Ministerio defendió que "el sistema bancario turco cuenta con una estructura de capital que le permitirá gestionar de maneta eficaz las fluctuaciones, tal como ha sucedido en otras ocasiones".
Asimismo, la institución aseguró que "no hay problemas con el tipo de cambo ni riesgos de liquidez", rechazando las explicaciones de carácter especulativo sobre compañías turcas.
Por su parte, en declaraciones a los medios del país durante una visita a la provincia de Rize, cerca del Mar Negro, el presidente turco, Tayyip Erdogan, restó importancia a la volatilidad de los mercados y al desplome de la moneda turca.
"No olviden que si ellos tienen sus dólares, nosotros tenemos a nuestro pueblo, a nuestro Dios. Estamos trabajando duro. Miren lo que éramos hace 16 años y miren ahora", afirmó.
La delegación turca enviada el pasado martes a Washington regresó a la capital turca con las manos vacías tras el encuentro de alto nivel mantenido con las autoridades estadounidenses con el objetivo de rebajar la tensión que ha caracterizado las relaciones bilaterales durante los últimos años y que ha culminado con la imposición de sanciones por parte de Washington a Ankara.
Las relaciones entre ambos países se han enturbiado a raíz del caso de Fetulá Gulen, un clérigo turco exiliado en Estados Unidos desde los años 90 al que el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan acusa del fallido golpe de Estado de 2016. Turquía reclama su extradición, algo a lo que Washington aún no ha respondido.
En el último episodio, la Justicia turca rechazó la semana pasada un recurso del pastor estadounidense Andrew Brunson, acusado de espionaje y terrorismo por sus supuestos vínculos con Gulen, para ser liberado mientras continúa el juicio celebrado en su contra.
En respuesta, el Departamento del Tesoro sancionó a los ministros de Justicia e Interior turcos, Abdulhamit Gul y Suleyman Soylu, respectivamente. La nación euroasiática, por su parte, ha amenazado con "una respuesta equivalente".