Saracho, obligado hoy a explicar en su primera junta su hoja de ruta para el Banco Popular
- Las agencias de 'rating' y la banca de inversión presionan tras el ajuste
- Se enfrenta por primera vez a los accionistas, que preparan demandas
Lourdes Miyar, Eva Contreras, Cristina Triana
La primera comparecencia pública de Emilio Saracho, presidente del Popular desde el pasado 20 de febrero, no será nada fácil. Con algo más de dos meses en el cargo, la banca de inversión exige que eleve ya los ratios de capital y el nivel de provisiones, mientras las agencias de rating rebajan la nota de su deuda temerosas de nuevas malas noticias. El periodo de gracia de los mercados se consume y se espera que explique hoy qué acciones emprenderá para enderezar el banco.
Saracho presidirá la junta de accionistas del banco, la que debe aprobar las cuentas de 2016 y sólo una semana después de que el anuncio de una corrección en esos estados contables provocara una caída adicional de la acción de algo más del 10% (de 0,91 a 0,812 euros a cierre del viernes), la rebaja de nota de S&P y DBRS, la salida del consejero delegado Pedro Larena y que media docena de bufetes de EEUU estudien la posibilidad de interponer una demanda colectiva.
La entidad comunicó el lunes pasado que una auditoría interna había detectado "pequeños errores contables" que no hacían necesario, por su efecto limitado, una reformulación de las cuentas del ejercicio pasado. Pero esos limitados ajustes provocarán que las pérdidas récord de 2016, de 3.485 millones de euros se engrosen en otros 129 millones y que su ratio de capital CET 1 fully loaded baje del 8,17% anunciado a cierre de año a una horquilla de entre el 7,2 y el 7,6%, según los cálculos de la banca de inversión.
El recorte en el capital, provocado entre otras cosas por la concesión de créditos a accionistas para que pudieran acudir a la ampliación de capital de junio de 2016, es el punto que más preocupa a analistas y agencias de rating. Esta bajada en su solvencia mete presión a los planes del banco de subirla a fuerza de vender negocios y filiales no estratégicos, ya que el mercado empieza a reclamar que restablezca los niveles en los que cerró el año de una forma inmediata.
¿Ampliación de capital?
El déficit de coberturas, que con un 46% todavía se sitúa por debajo de la media del sector a pesar de las dotaciones extraordinarias realizadas en el último trimestre del año pasado, es otro de los puntos que preocupa al mercado y que, a la vez también pide que se solucione cuanto antes. Para la banca de inversión, el Popular debe reforzarse con entre 2.700 y 3.900 millones de euros, si bien con una nueva ampliación de capital, limitada por ley al 50% del capital, estaría muy alejado de estas necesidades.
Además, el anuncio ha vuelto a deteriorar la imagen y la credibilidad del banco en los mercados, agravado con la salida del consejero delegado, que sólo llevaba nueve meses en el banco. Por ello, tampoco descartan, como no lo hacen las agencias de rating, que el banco pueda anunciar en un futuro nuevos ajustes contables o reclasificaciones de activos.
Este entorno negativo se agrava un poco más con el descontento de los pequeños accionistas. En la anterior junta, más de una veintena intervinieron para mostrar su indignación por la marcha del banco, por el descalabro continuado de los títulos en bolsa y por la gestión del anterior presidente, Ángel Ron y por la pensión pactada tras su marcha. En una iniciativa sin ningún precedente en el banco, grupos de pequeños accionistas han unido sus fuerzas para estudiar la posibilidad de interponer una demanda contra el antiguo equipo gestor.
Entre ellos se encuentra Félix Revuelta, presidente de Naturhouse, que centra sus críticas contra Ron, mientras muestra su apoyo y el de la plataforma de pequeños accionistas a Saracho, del que esperan que encuentre un plan estratégico para salvar el banco y que, si en su análisis encuentra indicios de una mala gestión, acuda a la Justicia. Estos pequeños accionistas agrupan alrededor de 26 millones de acciones y poco a poco reciben la adhesión de nuevos socios, defraudados por la deriva del banco.
Todos ellos y también la banca de inversión y las agencias de rating estarán muy pendientes este lunes de las palabras de Saracho. Se espera que desgrane las líneas maestras de un nuevo plan estratégico, o que al menos explique cuáles son sus prioridades para garantizar la supervivencia del banco. Se espera que hable de los negocios que están en venta y de sus planes para rebajar el abultado volumen de los activos improductivos. Si busca un nuevo socio estratégico o si tiene en la recámara la venta del Popular a otra entidad. La falta de cualquier anuncio sería la peor de las noticias.