La gran banca esquiva el golpe fiscal y vuelve a generar en España el 50% de su beneficio
- El mercado doméstico emerge como fortín gracias a los tipos y la debilidad de las divisas suramericanas
- Las filiales nacionales representaron un 44% del beneficio en 2023 y un 37% en 2022
Matteo Allievi
Madrid,
Los tipos de interés elevados y un progresivo aumento de la actividad comercial brindaron a la banca un año dorado. Y al segregar la actividad en España de las seis entidades cotizadas –con la excepción de Bankinter que no desglosa su beneficio por país–, la cuenta sale aún mejor. En su negocio doméstico, la gran banca ganó 15.787 millones en 2024, la mitad del total, y un 36% más que el año anterior, pese al lastre del impuestazo al sector. Un porcentaje cuatro veces mayor al incremento del negocio en el extranjero y que casi duplica el alza del 20% que las entidades registraron al tener en cuenta sus ganancias globales.
España aparece así como el gran baluarte de las cuentas de los grupos multinacionales, beneficiado sobre todo por la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de mantener elevado el coste del dinero, ya que el año pasado Fráncfort bajó los tipos cuatro veces, situando el de depósito en un 3%.
Un precio aún relativamente alto tras una década de tipos cero o negativos. En Europa, la banca española destaca entre las que más dependen del margen de intereses debido a la abundante presencia de hipotecas con tipo variable en sus carteras que se reapreciaron con la subida del euríbor.
Ahora bien, esa es una espada de doble filo, ya que la elevada sensibilidad de las entidades españolas a la política monetaria les perjudica en un entorno de tipos a la baja. Pero los bancos ya se conocían el guion del BCE y, ante una esperada bajada del coste del dinero, han ido reduciendo su exposición al baile de los tipos, bien aumentando el número de hipotecas a tipo fijo o bien apostando por carteras de deuda con mayor rendimiento.
Unos tipos más bajos, además, favorecerán la demanda de crédito y darán un empujón a la actividad comercial, tras años de atonía debido a condiciones financieras más estrictas. Este es el escenario que han dibujado los directivos bancarios en las presentaciones de resultados anuales, que esperan compensar un posible estrechamiento del margen de intereses con un aumento del volumen de negocio.
Además, sobre la banca doméstica sopla el viento de cola del buen comportamiento de la economía española, la que más creció el año pasado en Europa —por encima del 3%— ante el gran tirón del turismo y la fortaleza del mercado laboral, en el marco de un Viejo Continente en duermevela. Contra todo pronóstico, el que fue históricamente uno de los farolillos rojos entre las grandes economías europeas resurgió de sus cenizas, convirtiéndose en el mejor de la clase. Una buena tónica que, según los principales organismos, se mantendrá este año: el Gobierno prevé una expansión del Producto Interior Bruto del 2,6% y el Fondo Monetario Internacional un 2,3%.
La robustez del negocio español aflora a pesar de una factura de 1.478,6 millones por el impuestazo del Gobierno, superior a los 1.120 millones del año previo. Por otro lado, las entidades ahorraron casi 1.900 millones al no tener que realizar aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos y al fondo único de resolución europeo (FUR) por haber cubierto sus dotaciones el año anterior, lo que compensó el cargo del gravamen sectorial.
Entre los seis cotizados en España, el banco que más mejoró su resultado neto fue Unicaja, con una subida del 115%, hasta 573 millones. La entidad malagueña desarrolla su actividad exclusivamente en el territorio nacional. La fortaleza de sus cuentas demostró que logró pasar página de la limpieza del balance a la que se dedicó en los últimos años y, tras digerir la fusión con Liberbank, convirtió su rentabilidad en "estructural". Con todo, en términos de RoTE, se sitúa aún por detrás de sus competidores en España (9,1% frente a una media sectorial de 16%), pero el fuerte acelerón que dio a lo largo del último año, al más que duplicar su rentabilidad, contribuyó a reducir esta brecha.
Pese a su escala global, el beneficio que Santander consiguió en España (3.762 millones, un 59% más que en 2023) fue su mayor aportación a las ganancias del Grupo, al representar casi un tercio del total. El margen de intereses creció un 9,3% —el aumento a nivel Grupo fue del 7,9%—, mientras que las comisiones limitaron su incremento a un 6,2%. Su RoTE en España subió en 7,5 puntos porcentuales al 21,7%, por encima del 16,3% registrado por la entidad en su conjunto.
Aunque en 2024 el negocio doméstico fue la columna vertebral del Grupo, la composición del resultado cambiará el próximo año. En España, los ingresos se mantendrán planos, al bajar la contribución de la banca comercial por la bajada de tipos, mientras que Estados Unidos y México serán los negocios con más potencial de crecimiento, según anotó la presidenta de la entidad, Ana Botín, la semana pasada.
Debilidad del peso
España fue el país con mayor crecimiento también para BBVA. En este mercado, el banco presidido por Carlos Torres elevó su beneficio un 39,2%, hasta 3.784 millones. Una cifra que representa un 34,5% del total del Grupo, solo por detrás de México. El resultado del país norteamericano fue penalizado por la fuerte depreciación del peso debido a la incertidumbre política local y a la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos que avivaron los temores sobre el futuro de la economía mexicana. Su tercer mercado de relevancia fue Turquía, donde las ganancias aumentaron un 15,9%, penalizadas por ajustes de hiperinflación, aunque inferiores al 2023.
En Sabadell, el resultado en España alcanzó los 1.517 millones, un 38,8% más que en 2023. El negocio doméstico supuso el 83% del total, seguido por Reino Unido (253 millones) y México (57 millones). Y, también en este caso, la rentabilidad en España fue más alta que en los otros dos países, al alcanzar un 15,9% frente al 12% y al 9,7%, respectivamente.
Con la excepción de Unicaja, CaixaBank es la entidad donde la actividad en España tiene más peso, al rozar el 90% del total. En el negocio doméstico, obtuvo un resultado de 5.198 millones, un 20,7% más que el año previo. Su segundo mercado, el portugués, donde opera a través de BPI, avanzó a un ritmo parecido, con una subida del 15,9% en el resultado neto. Eso sí, en Portugal el incremento interanual del margen de intereses fue más flojo, un 3,1% frente al 10,5% en España. Pero en el caso de las comisiones netas, la cuenta se revierte, ya que en el mercado doméstico aumentaron apenas un 2,6%, mientras que en Portugal un 12,1%.