Jaume Guardiola: "La oferta de BBVA no recoge el valor de Sabadell"
- El exconsejero delegado y todavía accionista de la entidad catalana se alinea con el consejo
- La posición del Cercle: "Afectará el nivel de competencia del mercado financiero español"
Carles Huguet
Barcelona,
Cataluña entera ser revolvió contra la opa hostil de BBVA a Banc Sabadell. Patronales, sindicatos y organismos políticos se levantaron contra la ofensiva. Foment, Pimec, Cambra de Barcelona, Generalitat... Todos dijeron la suya a excepción del Cercle d'Economia, presidido precisamente por el exconsejero delegado del banco catalán, Jaume Guardiola. Ahora, el dirigente rompe su silencio para alinearse con el consejo del Sabadell.
En una conversación con elEconomista.es a las puertas de la Reunión Anual del Cercle d'Economia, el dirigente separa su opinión a título personal con la opinión de la institución que preside. Como Jaume Guardiola sostiene las mismas tesis que defiende la cotizada catalana. "Estoy muy alineado con la respuesta que dio el consejo del Sabadell, la propuesta no recoge el valor del banco".
"La oferta fue sorprendente, con una propuesta por carta y un correo diciendo que la proposición no es negociable", valora. "El Sabadell considera que todavía le queda recorrido y que es capaz de lograr más valor en solitario que con el BBVA, esta es mi posición", añade. Además, pone en valor el trabajo de la cúpula ejecutiva del banco por los buenos resultados y métricas cosechadas en los últimos tiempos.
Las palabras de Guardiola no son solamente como exconsejero delegado, el directivo es también accionista del banco, motivo por el cual, asegura, el Cercle d'Economia no emitió su opinión sobre la opa hasta el momento.
Con el sombrero de presidente del Cercle, el catalán añade otro argumento a su rechazo a la operación: el impacto sobre la competencia. "Hoy la competencia del sistema financiero está al límite tras un proceso de consolidación que, en cierta manera fue ejemplar. Cataluña está al límite y con esta fusión sería todavía peor", desgrana.
El impacto no sería tanto para los particulares como para el tejido empresarial. "El Ibex no tiene problemas para financiarse, pero para la gran mayoría de empresas españolas y catalanas esta fusión tendría unos efectos sobre la concentración de riesgos muy considerables", compara. "Pasar de cuatro grandes bancos a tres es una reducción del marco competitivo muy grande", añade.
Guardiola dibuja ciertas diferencias con la fusión entre Bankia y Caixabank. "Entonces era pasar de cinco bancos a cuatro y Bankia no tenía una gran infraestructura de banca de empresas", sostiene. "Veremos que dice el informe de Competencia y el BCE, aunque el informe de este último se basará en temas de solvencia", explica.
El precedente de 2020
Guardiola vivió en primera línea el primer intento de fusión fallida, junto a Josep Oliu. En 2020, Sabadell carecía de rentabilidad por la presión sobre los márgenes del escenario de tipos de interés negativos, un TSB con altas pérdidas por los problemas de su plataforma informática y las incertidumbres sobre el impacto de la pandemia alentaron la penúltima ola de concentración. Por entonces se gestó la integración de Bankia en CaixaBank y de Liberbank en Unicaja, y el banco catalán entabló conversaciones con BBVA.
Parecía que había entendimiento con preservar una sede operativa del Sabadell (la fiscal la mantendría el vasco en Bilbao), la tradición de BBVA era preservar las marcas de que las entidades sumadas durante un tiempo, se habló de una vicepresidencia para Oliu (entonces con 71 años) y Guardiola (63), que llevaba años queriendo retirarse, seguiría para facilitar la transacción.
Los contactos se iniciaron en el verano de 2020, se confirmaban el 16 de noviembre y once días después encallaban. Se frustró por el precio. Al empezar a cotizar en el mercado la fusión que llevaban con sigilo, BBVA se plantó en 2.500 millones y Sabadell lo juzgó insuficiente. Un mes después Guardiola dio un paso al lado y César González Bueno asumió su cargo de consejero delegado, mientras que Oliu se desprendió de funciones ejecutivas. El nuevo primer ejecutivo reorganizó el banco, y puso en marcha una estrategia con acento en la digitalización, las empresas y el saneamiento de TSB, que le ha permitido superar hoy el 12% de rentabilidad.