Banca y finanzas
Joan Cavallé (Caixa Enginyers): "La guerra hipotecaria ya va a menos"
Carles Huguet
Barcelona,
En pleno proceso de transformación interno, Caixa Enginyers cerró un 2023 con dos caras. La entidad cooperativa obtuvo un beneficio histórico de 19,6 millones de euros, pero perdió socios por primera vez en su historia. Desde su renovada oficina histórica en la barcelonesa Via Laietana, el director general de la compañía, Joan Cavallé, se sienta con elEconomista.es para abordar los retos de una organización a la espera de un 2024 con mayor estabilidad frente a los últimos años.
Tipos de interés, hipotecas, banca rural y consolidación del sector marcan una conversación en la que el dirigente aboga por el crecimiento -"es bueno para la organización"-, pero sin caer en promociones ni en guerras de ofertas.
Pregunta: ¿Cómo fue el ejercicio 2023?
Respuesta: Fue un año con dos caras. Extraordinario a nivel financiero gracias a la subida de los tipos de interés y a los ajustes acometidos en 2022 para capturar el mayor valor posible, pero en el que no hemos crecido en socios. Sí en socios activos, porque hemos dado de baja a socios que no tenían ni cuenta. Realmente hemos ganado 3.000 socios, pero por este efecto hemos perdido alrededor de 2.000 socios.
P: ¿ Y cómo evolucionaron las diferentes métricas?
R: La producción de crédito ha sido negativa porque había poca demanda y los saldos sirvieron para cancelar o amortizar hipotecas o préstamos. Además, la demanda de crédito de las empresas ha sido muy baja; alguna operación de circulante, pero muy poca inversión
¿Qué sucede con los socios? Hace años que no se cumplen las expectativas
Es cierto que teníamos unos objetivos de captación quizás demasiado optimistas. Teníamos una voluntad de crecer que no hemos podido cumplir. Ha sido un año extraño, con una subida de tipos enorme hasta octubre y mucha incertidumbre sobre lo que podía conllevar. Al final no ha sido para tanto: no ha habido recesión crediticia y el mercado de trabajo ha funcionado. Sí es cierto que nosotros tuvimos un boom entre 2017 y 2019. Desde entonces hemos cogido una velocidad de crucero, pero queremos doblar los ritmos actuales. Siempre sin perder nuestra manera de hacer las cosas, creciendo de manera orgánica. Creímos que con las campañas de comunicación lanzadas sería suficiente, pero no ha sido así.
"Quizás hemos sido muy optimistas en las previsiones de captación; hay que encontrar la tecla"
¿No se plantean mejorar las ofertas?
Podríamos crecer más, bajando medio punto el precio de la hipoteca o subiendo los depósitos al 4%, pero no es nuestro modelo. Ahora sí trabajamos para lanzar una propuesta más específica para el colectivo joven, con la cuenta gratuita, más online y explicada de otra manera, aunque el producto de fondo sea el mismo. Sería con nuestra propia marca, eso sí, y no servirá además para acelerar en la digitalización, que es donde la banca debe ponerse las pilas.
¿E incrementar la retribución?
La retribución a nuestro capital siempre ha sido alta. Este año estará en un 4,25% del título, pero no creemos que el dividendo será una vía para crecer en socios. El socio lo que quiere es que le demos un buen servicio. Si se puede subir, evidentemente se hará, pero siempre pensando en las reservas para la entidad. Este año el payout ha sido del 25%.
¿Notan algún cambio con la entrada de 2024?
Vemos un cambio de dinámica. En crédito e hipotecas estamos con crecimientos del 10% frente al año pasado
Mucho se habla de la guerra hipotecaria
La guerra ya ha pasado. Y diría incluso que va a menos. Lo que ha sucedido es que nadie quiere salir en la foto con unos activos inferiores al año anterior y se ha producido una batalla para traspasar hipotecas muy importante, con políticas de precio muy agresivas pensando en que los tipos volvería a bajar en breves. Ha habido una gestión muy intensa por parte del sector y eso ha propiciado que las condiciones hipotecarias en España sean tremendamente favorables para cualquier hipotecado. Diría que prácticamente subvencionadas.
"Los bancos hemos asumido en 30% de la subida de tipos en la concesión de nuevas hipotecas"
¿Y esto que ha supuesto para los bancos?
Pues que la subida de los tipos no ha sido directamente aplicada al precio del activo. Un 30% de la subida de tipos la ha sumido el sector en sus márgenes. La batalla hipotecaria estará, pero no será tan dura como la que hemos visto. Lo importante eso sí es que haya demanda, que se ha reactivado, pero está por debajo de los objetivos.
¿La inversión empresarial también se ha reactivado?
Hay algún proyecto en sostenibilidad y la ampliación de alguna fábrica, pero en general vemos muy poca cosa. Sí hay operaciones de circulantes, pero la falta de demanda preocupa a todo el mundo. La economía marcha por el consumo y el turismo, pero la actividad productiva la vemos muy justa.
Y a nivel financiero, ¿Cuáles son los objetivos para 2024?
Inicialmente incrementar los ingresos tanto por comisiones, que esperamos hacerlo a través del negocio de fondos de inversión y gestión de carteras, como de balance. Además, esperamos captar 18.000 nuevos socios, mantenernos por encima del 17% en solvencia y mantener los niveles de Roe.
El año lo arrancaron con la desinversión del 10% de Norbolsa. ¿Por qué?
Kutxabank quería crecer en banca de inversión y tenía sentido que nosotros no estuviéramos allí. Tenemos un contrato que nos vincula a Norbolsa por dos años, por lo que no perdemos los servicios que ofrecemos. No estar en el capital tampoco es ningún drama para nosotros y en el futuro sí podríamos participar en algún vehículo que se montase.
No descarto crecer con alguna operación en banca privada, como asesorías financieras"
¿Hay previstas otras operaciones corporativas?
En marcha no hay nada, pero sí creemos que tenemos espacio para crecer en banca privada. Nos lo planteamos. Ahora estamos centrados en desarrollar nuestra infraestructura propia, pero no descartamos la adquisición de asesorías financieras. Nuestro plan estratégico lo contempla.
¿Cómo va el plan estratégico a 2026?
Vamos por delante en transformación interna, no tanto en números. En lo referente a transformación, captación de talento y manejo de datos vamos muy bien. La parte de los números es encontrar la tecla. Tenemos la ambición de lograr los 18.000 socios y hay que apretar porque queremos lograr este hito.
Una vía puede ser el proyecto Apropa impulsado por la Generalitat para llevar la banca a pueblos sin oficinas
Nos hemos hecho con tres de las cinco rutas. Y más allá de verlo como una herramienta de vertebración territorial también creemos que puede ser financieramente positivo. En los 300 pueblos que visitaremos tenemos 4.000 socios y 160 millones de negocio. Con 300.000 habitantes, si logramos convertir al 2% en socios y que los socios incrementen un 10% los recursos ya nos salen los números. El objetivo es que esto funcione a nivel financiero y lo vemos cerca. Además, nos servirá para ganar cuota de mercado en Cataluña, nuestro principal mercado. Nosotros somos una entidad tremendamente urbanita y entramos en un nuevo espacio.
¿Caixa Enginyers puede jugar algún papel en la consolidación bancaria?
Yo creo que ya estamos muy consolidados. Nuestro modelo es lento y los socios no nos lo exigen. Los retos que tenemos como entidad pueden ser la regulación, que ya sabemos gestionar, y la tecnología, que cada vez está más democratizada. No nos sentimos implicados en los movimientos actuales.
¿Y con otras cooperativas?
Las otras cooperativas son las cajas rurales y Kutxabank, pero somos diferentes. Nosotros nos vemos bien, con solvencia y futuro. Si el tiempo nos pone delante alguna operación la miraremos, pero no vamos detrás de ellas.