Banca y finanzas
Más seguros que okupas: la oferta comercial contra la intrusión alcanza máximos
- La oferta de productos contra este delito cada vez es mayor mientras hay un 9% menos de denuncias
Aitor Caballero Cortés
El pasado miércoles, la CEO de Línea Directa, Patricia Ayuela, anunció que su seguro antiokupas, que lanzó al mercado el año pasado como complemento del seguro de hogar, pasará a ser un producto independiente. Esto quiere decir que no hará falta tener un contrato previo con la aseguradora para disponer de esta cobertura, que Ayuela cifró en 24 euros anuales y, en caso de que se cuente con el seguro de hogar, implicará un coste adicional de 10 euros anuales.
Esta oferta se une a otros productos ya lanzados por el resto de aseguradoras, pero con naturalezas diferentes: algunos incluidos en el seguro de hogar, otros exclusivos para segundas viviendas, para viviendas deshabitadas... lo que está claro es que estos artículos están en auge.
"A raíz de la entrada en vigor de la Ley de Vivienda, que incluye medidas respecto al desalojo de los okupas, se incluyeron medidas específicas en el seguro de hogar otorgándole de forma directa la nomenclatura de 'seguro o cobertura antiokupas' para proteger a los propietarios en caso de que su vivienda sea ocupada de forma ilegítima", explica Antonio Rubio, responsable de seguros de hogar en el comparador Rastreator.
Sin embargo, este seguro antiokupación, a juicio de David Fernández, CEO y fundador de Coventia, una agencia de suscripción de seguros de vida, "el producto que que tiene más sentido es el que cubre del impago del alquiler". Las aseguradoras se han centrado históricamente en este objetivo y no tanto en un seguro destinado a primeras y segundas viviendas. Por ejemplo, Mutua Madrileña ofrece cobertura contra el impago del alquiler, así como asistencia Legal al desahucio por impago u obras no consentidas con un límite de 3.000 euros. Mapfre, por su parte, dispone de un seguro contra el impago que garantiza la renta durante 12 meses, así como 3.000 euros en defensa jurídica, daños materiales y reparaciones urgentes.
La repercusión tanto en medios de comunicación como por las propias aseguradoras ha arrastrado a la demanda. De hecho, según el último análisis de Rastreator, "el 43% de los españoles cree que es más probable sufrir una ocupación que un incendio en una vivienda" dice Rubio. Fernández considera que la demanda de estos productos también se ha incrementado, pero cree que una cobertura de este estilo "sigue siendo muy de nicho".
Los indicadores de okupación
No obstante, el crecimiento de la demanda choca y mucho si se observan las cifras de okupación en los últimos años. En el primer gráfico se aprecia como los números de usurpación y de allanamiento de morada están a la baja desde 2017. Entre dicho año y 2022 (último periodo con datos), la usurpación bajó un 39,8%, pasando de los 6.757 casos a 4.067. Y en el caso del allanamiento, el declive es del 22%: de 327 casos en 2017 ha pasado a 255 en 2022.
Por otro lado, los lanzamientos de desahucios también llevan años cayendo. Es cierto que en 2020, año excepcional por la pandemia, los desahucios estuvieron en mínimos fruto del Real Decreto 11/2020, donde se suspendió el procedimiento de desahucio y de los lanzamientos para hogares vulnerables sin alternativa habitacional. Pero a pesar del ascenso en 2021, el pasado año hubo 26.840 lanzamientos de desahucios, la cifra más baja registrada según el Consejo General de Poder Judicial (CGPJ) y lo que constituye un 30% menos que en 2022.
De estos lanzamientos, tal y como intuía Fernández en sus declaraciones, el seguro contra el impago del arrendatario fue el que más actuó, ya que el 74,1% de los desahucios eran por impagos del inquilino, mientras que un 19,7% por ejecuciones hipotecarias, dejando tan solo un 6,2% a lo que el CGPJ denomina "otras causas", donde entran los casos que cotidianamente se conocen por okupaciones. Además, tanto los casos de impagos del alquiler y de hipoteca decrecieron un 28,5% y un 38,2% respectivamente.
Por último, las denuncias por okupación también vienen en descenso en los últimos años: tocó techo en 2021 con más de 17.000 casos, pero en este 2023, en agosto (último dato disponible) había registradas alrededor de 10.000 denuncias. Aunque el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, avanzó en el Congreso de los Diputados que este indicador bajó un 9% en 2023, por tanto se estima que hubo unas 15.200 denuncias.
Escasa siniestralidad
Según las fuentes consultadas por este periódico, todas afirman que es pronto para conocer la siniestralidad que tiene este producto, pero consultando los datos de okupaciones, creen que debe ser "prácticamente nula". Tanto es así que Francisco Ramírez, CEO de Adity Seguros, piensa que los precios de estos microseguros "son elevados para su siniestralidad".
A pesar de ello, la CEO de Línea Directa afirmó que el 60% de las nuevas pólizas de hogar disponen de esta cobertura, siendo el perfil tipo que accede a este contrato "personas de entre 35 y 44 años principalmente, de clase media y, en la mayoría de casos, con una segunda vivienda en posesión" coinciden las fuentes.
La problemática de la banca y la venta de pisos okupados
A pesar de que el énfasis de la okupación reside en los particulares, ya que puede suponer un mayor problema en caso de que sea una primera o segunda vivienda, las numerosas entidades bancarias poseedoras de bloques de pisos también se están viendo afectadas por este delito. De hecho, la usurpación, que es mucho más frecuente que el allanamiento de morada, es la infracción que afecta a los bancos.
El rompecabezas de la tipificación de la okupación de estas viviendas como usurpación (ya que no constituyen morada como sucede con particulares) retrasa la ejecución de la orden judicial de expulsar a los okupas, pero "el problema no viene del fallo en sí" explica Ramírez, sino en la ejecución. Asimismo, afirma que él mismo ha vivido casos que se han demorado hasta 12 años, pero para un particular los plazos son al menos "10 veces más cortos".
De esta manera, tanto los propios bancos como los particulares optan por, además de contratar un seguro antiokupas, una cobertura con alarma. Así, gracias a estos dispositivos "la actuación es mucho más rápida y se complementa muy bien con el seguro a la hora garantizar al cliente unas mayores coberturas y más seguridad" finaliza Ramírez.