Banca y finanzas

La banca aplicará el Código de Calviño tras limitar el impacto en provisiones

  • Las ayudas se han calibrado para que no haya que considerar morosa la operación
  • Las entidades se exponen a un golpe reputacional si rechazan adherirse a las medidas

Eva Contreras, Eva Díaz

La banca ha pasado en pocas horas de mostrar una posición de incertidumbre ante el nuevo paquete de ayudas para hipotecados aprobado por el Gobierno a un convencimiento de que su adhesión será masiva. El catalizador ha sido la "tranquilidad" y "confort" de comprobar en el Boletín Oficial del Estado (BOE) que se han reflejado las medidas que llevaban semanas negociando, sin grandes sorpresas negativas y, sobre todo, que la calibración ha sido lo suficientemente fina como para no tener que contabilizar como morosas las nuevas operaciones y limitar así el impacto en provisiones, indican fuentes del sector.

La duda sobre su seguimiento se acrecentó después de que la vicepresidenta económica Nadia Calviño desvelase que CaixaBank lo aplicaría señalando en positivo a una única entidad, mientras que varios banqueros expresaban reservas hasta conocer el texto final durante su intervención en un foro organizado por Deloitte, la Sociedad de Tasación y ABC.

El consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, dejó entrever ahí su seguimiento con el reparo inicial de que algunas de las medidas impactan en las dotaciones al exigir reclasificar como morosa la financiación, y su homólogo en Unicaja, Manuel Menéndez, apuntó que había temas técnicos a discutir y analizar.

Pero un día después y en el mismo foro la presidenta de la patronal bancaria AEB, Alejandra Kindelán, desvelaba ayer que las principales entidades del sector han expresado ya su "voluntad" de adherirse, subrayando que es un acuerdo "muy importante" y que pone en evidencia el compromiso del sector "con las personas", en especial con las que tienen "más dificultades para asumir la subida de los tipos de interés en las cuotas hipotecarias".

En las entidades reconocieron a elEconomista.es que secundarán las medidas, pero también para no salir señaladas, ya que los nombres se hacen públicos en el BOE cuando tomen la decisión, pendiente aún de aprobar en sus correspondientes órganos de administración.

La redacción final establece tres líneas de actuación preferentes

Las negociaciones del abanico de soluciones para dar alivio financiero a los hogares hipotecados que encaren apuros en su pago por la empinada escalada del euríbor han sido frenéticas e intensas precisamente por la intención del Gobierno de beneficiar al máximo número posible de familias endeudadas y la preocupación expresada desde el sector y el mismo Banco de España de sobrecargar a las entidades con nuevas dotaciones. Y es que la simple reestructuración de una deuda obliga, en la generalidad de los casos, a contabilizar la financiación como dudosa (stage 3) y sanearla.

A pesar de las maratonianas jornadas de conversaciones y el trasiego de fórmulas y contrapropuestas para desplegar las medidas, la plasmación final era duda también porque dentro del Gobierno, el socio Unidas Podemos y en particular la vicepresidenta Yolanda Díaz, se han quejado de que las líneas marcadas eran poco ambiciosas y exigían soluciones más generosas para un mayor colectivo.

La redacción final establece tres líneas de actuación: dos Códigos de Buenas Prácticas, de voluntaria adscripción para las entidades aunque estarán obligadas a aplicarlos cuando los firmen, para hipotecados que reúnan el perfil de vulnerabilidad (una renta máxima de tres veces el Iprem o 25.200 euros) y para otros con rentas de hasta 29.400 euros (tres veces y media el Iprem); e incorpora medidas generales para facilitar la amortización anticipada de los préstamos o transformar una hipoteca variable en fija.

Según el Gobierno, permitirá dar alternativas a un millón de hogares: 300.000 que reúnan el perfil vulnerable y 700.000 englobados en esa definición de renta media.

Su elaboración parte del Código aprobado en 2012 para los hogares vulnerables y las medidas incluyen, entre otras cosas, alargamientos en los plazos del préstamo, carencias o, incluso, quitas y daciones. La batalla de la banca ha estado en lograr que esas adiciones, tanto en nuevas medidas para hipotecados vulnerables como los de salarios superiores, se hagan de tal forma que no obliguen a reclasificar la operación como morosa y pueda hacerse bajo la fórmula de "en vigilancia especial" (stage 2), con el correspondiente alivio en provisiones.

De Cos valora el equilibrio logrado

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, valoró ayer el equilibrio logrado en el diseño de las ayudas a hipotecados, al ofrecer alivio a los hogares sin que afecte excesivamente al balance de la banca. El organismo, que había alertado sobre un cargo excesivo, reconoció que era "difícil" conseguirlo y apreció que proteja además la cultura de pago, favoreciendo así que el mercado inmobiliario e hipotecario "funcione adecuadamente".

El presidente de la Asociación Hipotecaria Española, Santos González, lo valoró "en sentido positivo" aunque lamentó que las prisas políticas impidiesen acordar las medidas y protocolos antes con la banca y afeó que incluya medidas que van más allá de solucionar el problema coyuntural provocado por el alza de los tipos de interés.