Banca y finanzas

CaixaBank irrumpe en la ofensiva de los fondos de deuda con 500 millones

  • Lanza un vehículo para financiar a compañías rentables con entre 5 y 50 millones
  • Sigue los pasos del Santander y BBVA para competir con los fondos de 'direct lending'
El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri junto al consejero delegado, Gonzalo Gortázar. ee

Eva Contreras, Rocío Casado

CaixaBank irrumpe en la contienda de la financiación alternativa donde los fondos de direct lending han encontrado un nicho de actividad que resta espacio a la financiación bancaria tradicional de manera creciente. Se trata de una apuesta apenas transitada por la banca, ya que solo cuentan con ofertas el Santander y BBVA, aunque éste último con foco especialmente dirigido a empresas emergentes (startups, scale ups, etc.) y donde también el Sabadell ha realizado alguna incursión a través de vehículos dirigidos a sus clientes de banca privada en proyectos de ámbitos muy tasados.

CaixaBank desembarca con el Fondo Added Value, liderado por Jesús Losa y Javier Rubio, cuya oferta acometerá de forma exclusiva desde el área de banca de empresas dirigida por Luis Cabanas. Arranca con una dotación inicial de 500 millones de euros a invertir en un máximo de tres años en proyectos de empresas rentables, con un ebitda situado entre los 8 y 10 millones anuales en los últimos tres años.

Las compañías podrán acceder a tickets de entre 5 y 50 millones a un plazo máximo de devolución de hasta siete años y sin cuotas de amortización, pudiendo devolver el total de la deuda a vencimiento con financiación bullet (con una única cuota al vencimiento del crédito). No obstante, el banco ofrecerá al cliente la opción de amortizar voluntariamente deuda en el momento en que estime conveniente, algo actualmente inexistente en las ofertas de mercado.

Principal foco

Su foco prioritario serán proyectos corporativos de expansión, crecimiento inorgánico y reorganizaciones accionariales en las empresas con criterios sostenibles (ESG). Quedarían fuera concesiones a compañías emergentes sin resultados positivos tipo startups, donde BBVA fija a su vez buena parte del foco, y tampoco atenderá operaciones distressed o más complejas y difíciles de abordar en compañías en dificultades, donde ya existe una fuerte competencia por parte de los operadores de direct lending.

Desde la entidad explicaron que su foco serán "clientes conocidos del banco con los que ya tenemos una relación fluida y que, por su capacidad, dimensión y posicionamiento en el mercado, sean merecedores de esta financiación". La apuesta se incardina en la estrategia de empresas, donde CaixaBank ya copa un 23,9% de cuota de mercado en crédito (del 28,9% en factoring y confirming) y con la que buscará empujar el negocio para batir el 12% de rentabilidad a escala grupo con el plan estratégico 2022-2024. CaixaBank Empresas cuenta con una red de más de 145 centros repartidos por todas las comunidades autónomas, y donde trabajan más de 1.500 profesionales especializados.

La entidad financiera persigue "complementar" la oferta de financiación a largo plazo para sus clientes de banca de empresas, aunque consciente también de que el proceso de desintermediación bancaria es una realidad desde hace varios años y con un crecimiento de cuota anualmente. La penetración de los fondos de financiación alterativa se abre paso aunque todavía con un retraso considerable respecto a mercados anglosajones como Estados Unidos y Reino Unido. Aunque las estadísticas sobre este fenómeno en España son escasas, los fondos de direct lending continúan ganando espacio y complementando, cada vez más, al crédito bancario en estructuras de financiación híbridas, diseñadas a la medida y las necesidades de cada cliente combinando tramos bancarios y otros específicos para los fondos de deuda.

La crisis financiera del 2008 aceleró el desarrollo del direct lending y de la financiación alternativa con el cierre del grifo del crédito que impuso la recesión. Su recurso se hace hoy habitual en operaciones complejas, difíciles de encarar por la banca tradicional. Según expertos financieros consultados por elEconomista.es, esta deuda privada supone, de hecho, entre un 15% y un 18% del total en España de la financiación frente al 10% de 2008 y con creciente presencia además en compañías familiares y pymes. En operaciones complejas y cuando hay un proyecto accionarial o de crecimiento inorgánico es además habitual que concurran el crédito bancario con la deuda alternativa y el equity (nuevas inyecciones de capital).

En ocasiones es el crédito tradicional el que tropieza con limitaciones en términos de riesgo o por razones regulatorias no pudiendo cubrir por completo las necesidades de financiación demandadas. Y, en otras ocasiones, es el propio cliente quien busca un fondo de deuda al ser más flexible y por la facilitad de repagar en el último momento, aunque con un coste superior por esta ventaja.

El vehículo financiará empresas con un 'ebitda' anual de entre 8 y 10 millones de euros

La financiación alternativa ofrece varios tramos: deuda subordinada o mezzanine –híbrido entre deuda y acciones–, tipo unitranche –combina deuda sénior con deuda subordinada– y también bajo la fórmula Term Loan B (TLB), que opera en igualdad de garantías que la banca tradicional aunque con subordinación en el plazo de devolución.

CaixaBank operará, en concreto, esta última modalidad, con vocación de diversificar su oferta y de ampliar su abanico participando de forma más decidida también en las operaciones sindicadas. "Buscamos compartir, y que la financiación bancaria tradicional conviva cada vez más con la financiación alternativa", explican en el banco.