Andalucía

Algeciras y Huelva abanderan la industrialización de Andalucía


    José Luis Losa

    Las organizaciones empresariales del polo químico onubense y del campo de Gibraltar cumplen 30 y 25 años respectivamente, con una facturación de 18.000 millones y buenas expectivas

    "Además de defender Doñana como espacio natural protegido, deberíamos aprender en Andalucía a defender también Algeciras o Huelva como espacio industrial protegido". La irónica frase la pronunciaba hace unos días uno de los organizadores del VI Congreso internacional de Química Euchems 2016, que este año se ha celebrado en España. Del 11 al 15 de septiembre, más de 2.500 asistentes de todo el mundo han participado en este encuentro que ha traído al Palacio de Congresos de Sevilla (Fibes) a varios de los científicos más reconocidos internacionalmente, entre ellos varios premios Nobel y un Príncipe de Asturias.

    El peso de la industria química sigue creciendo tanto a nivel mundial como en España a pesar de las dificultades económicas -especialmente por el desplome del precio del petróleo-, y se enfrenta a importantes retos en un mundo cada vez más poblado y más urbanizado, que necesitará un 30 por ciento más de agua y un 40 por ciento más de energía para el año 2030.

    Andalucía cuenta con dos áreas industriales tan desconocidas para la mayor parte de la población como fundamentales en la economía regional, como son el Polo Químico de Huelva y el del Campo de Gibraltar. Entre ambas facturan actualmente más de 18.000 millones de euros y emplean a más de 12.000 trabajadores propios y de empresas auxiliares, si bien el empleo inducido supera los 30.000 en ambas zonas, lo que da idea de su importancia social y económica.

    El pasado año, las empresas de ambos enclaves consiguieron duplicar sus beneficios a pesar de que los ingresos cayeron hasta un 22,6 por ciento, desde los 23.613 millones que facturaron en 2014 a los 18.269 millones del pasado año. Las empresas del Polo Químico de Huelva ingresaron 10.056 millones -lo que supone un 15 por ciento menos que el año anterior- mientras que las del Campo de Gibraltar vendieron por valor de 8.213 millones -con una acentuada caída del 30 por ciento-.

    En ambos casos, esta caída se debe al desplome del precio del petroleo, materia prima de las dos refinerías con que cuenta Cepsa, que supone más del 60 por ciento de la producción de ambos nucleos industriales.

    30 años de Aiqbe

    La Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva (Aiqbe) celebra este año su trigésimo aniversario, aunque el origen del polo químico onubense se remonta a 1959, cuando la antigua Sevilla de Electricidad -hoy Endesa- instaló la central térmica Cristobal Colón, que dio paso a la llegada de nuevas firmas que constituyeron este importante enclave industrial en Huelva y Palos de la Frontera, el mayor de España.

    Actualmente, la Aiqbe está compuesta por 14 grandes empresas con 15 plantas de producción: Air Liquide, Algry Química, Atlantic Copper, Cepsa Refinería La Rábida, Cepsa Química, CLH, Decal, Enagas, Ence, Endesa, Electroquímica onubense, Fertiberia -con dos plantas-, Gas Natural Fenosa y Repsol Butano. La última incorporación, este pasado mes de agosto, ha sido la empresa italiana Decal, dedicada al almacenamiento de productos petrolíferos, químicos y gases para terceros.

    El refino de petróleo y la regasificación de graneles líquidos que realiza Cepsa supone el 66,6 por ciento de la producción de la Aiqbe, seguida por la metalurgia de cobre de Atlantic Copper (17,7 por ciento), productos químicos básicos (12,6 por ciento), fertilizantes (2,3 por ciento) y la generación eléctrica. Por otra parte, desaparece la producción de pasta de papel, tras el cierre de la fábrica de la Empresa Nacional de Celulosa (Ence).

    Aumento de beneficios y caída de producción

    El valor de la producción sufrió un descenso el pasado año, pasando de 11.836 millones de euros en 2014 a 10.056 millones en 2015. La reducción de los precios de las materias primas y, en consecuencia, de los productos, además de la finalización de la producción de pasta papelera, explican esta bajada. La disminución de la producción es apreciable en todos los productos del sector industrial, pero ha sido especialmente notable en la generación de energía eléctrica. El destino principal de la producción es España, pero algo más del 26 por ciento se dirige al extranjero.

    El presidente de Aiqbe, Miguel Palacios, destaca la inversión realizada en 2016, que fue de 150 millones de euros -casi un 50 por ciento más respecto al año anterior-, "lo que refleja que pese a la situación, las compañías modernizan sus instalaciones, confiadas en una evolución favorable de las ventas". En los últimos 21 años, la inversión acumulada del sector en mejoras productivas y medioambientales ha sido de 5.450 millones de euros.

    Las cifras de empleo de 2016 experimentaron un ligero descenso en las plantillas propias de las fábricas, causado por las bajas de los trabajadores de pasta de papel, pero este fue superior en las contratas. De este modo, la cifra de empleados de Aiqbe fue de 2.345 personas, mientras que la de las empresas auxiliares se situó en 659. Entre los principales indicadores de comportamiento social destaca el salario promedio que fue de 41.907 euros anuales, muy superior a la media nacional.

    El pasado año los indicadores sobre el comportamiento ambiental de las empresas de Aiqbe muestran la reducción progresiva del impacto en el entorno, aunque parte del descenso de emisiones y vertidos se debe al mencionado cese de la producción papelera. Se ha mantenido el nivel necesario en los gastos de control medioambiental y se ha producido un incremento de las inversiones, de acuerdo con el compromiso de mejora continua de las empresas, que muchas veces va más allá del cumplimiento de los límites legales. Las inversiones específicamente orientadas a este objetivo fueron de 13,2 millones de euros, lo que supone una inversión acumulada superior a 455 millones en los últimos 11 años.

    AGI celebra 25 años

    Por su parte, la Asociación de Grandes Industrias del Campo de Gibraltar (AGI) celebra este año su vigésimo quinto aniversario, situada en el puerto más importante de España, en un enclave estratégico como puerta del mar Mediterráneo. AGI está compuesta por 14 empresas: Abelló Linde, Abengoa Bioenergía, Acerinox, Air Liquide, Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, APM Terminals, Cepsa, Cepsa Química, CLH, Endesa, Gas Natural Fenosa, Indorama, Viesgo y Vopack. En esta área industrial, la principal producción es también el refino de petroleo (61,2 por ciento), seguida de la metalurgia (16,7 por ciento), la petroquímica (11,4 por ciento), la energía (5,7 por ciento), los servicios portuarios (3,6 por ciento) y los biocombustibles y gases naturales (1,2 por ciento). El 80 por ciento de su producción va destinado a mercados internacionales.

    En 2015, los ingresos cayeron un 30 por ciento hasta los 8.213,09 millones de euros en un ejercicio marcado por la fuerte caída de los precios de las materias primas. Sin embargo, las empresas mantuvieron la senda de recuperación de los márgenes de los últimos ejercicios, siendo el VAB de 1.254,3 millones de euros y el Ebitda de 975,5 millones de euros. Además, las empresas realizaron inversiones por valor de 196,8 millones de euros, un 4,5 por ciento más que el año anterior. La suma entre empleos directos y las empresas auxiliares es de 8.470 trabajadores, lo que representa un incremento del 2 por ciento respecto a 2014.

    El presidente de AGI, Manuel Doblado, destaca que desde su fundación, el colectivo "no ha parado de crecer hasta convertirse en un espacio industrial innovador y líder en su sector". "Hemos comprendido que es necesario un cambio de posicionamiento para trasladar lo que hacemos y nuestras ventajas competitivas fuera de nuestro ámbito de influencia", concluye.

    Retos pendientes

    El Polo Químico de Huelva y el de Campo de Gibraltar aspiran a seguir creciendo, al menos, como el conjunto del sector químico, que prevé un crecimiento anual medio del 4,5 por ciento hasta 2030. Pero, para ello, cuentan con numerosos retos por delante que afrontar. Uno de ellos es ganar la batalla de la comunicación. Durante años, su actividad ha sido tan poco conocida como incomprendida, lo que dio alas a rumores que algunos grupos ecologistas han agitado alarmando a la pobación cercana. Hoy en día, y tras muchos millones invertidos en mejoras medioambientales, las empresas de Huelva y Algeciras son conscientes de la necesidad de ese esfuerzo en darse a conocer.

    También a nivel económico estas áreas han empezado ya a reclamar su peso en la economía regional y a pedir esa defensa clara por parte de las Administraciones públicas. Una exigencia fundamental para ellos es la mejora de las infraestructuras de transportes con el objetivo de poder conectar estos dos puertos periféricos europeos con su entorno.

    Especialmente grave es la situación del Puerto de Algeciras, el de mayor volumen de España, que sigue aislado por la falta de un corredor ferroviario que la propia Unión Europea ha declarado como proyecto prioritario. AGI lleva años reclamando la mejora de la conexión ferroviaria entre Algeciras y Bobadilla (Málaga).

    Por su parte, el consejero de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta de Andalucía, José Sánchez Maldonado, ha subrayado el potencial de la industria química, un sector pujante que, a pesar de la coyuntura económica traída con la crisis, ha aumentado su cifra de negocio un 174 por ciento desde el año 2001, y que suma 600 empresas entre grandes multinacionales y pymes, además de ser un referente internacional por sus dos potentes polos químicos en Huelva y Cádiz.