Internacional

Rory Stewart: tutor de los príncipes, hijo de espías, diplomático en Irak y mayor rival de Boris Johnson

  • El periódico aliado de Johnson sugiere que trabajó de espía en Irak
  • Es el único que ofrece una opción blanda para un Brexit con acuerdo
Rory Stewart. <i>Foto: Reuters</i>.

Víctor Ventura

Hace apenas una semana, numerosas voces del Partido Conservador reconocían en privado que Rory Stewart, ministro de Desarrollo Internacional, era uno de los candidatos más fuertes a dirigir el partido y convertirse en el nuevo primer ministro británico, pero que no pasaría de la primera ronda. Su figura y su ideología parecían completamente fuera de lugar entre el resto de rivales: hijo de un subdirector del MI6, el servicio secreto británico, tutor de los príncipes Enrique y Guillermo, militar en Irak, defensor de la moderación fiscal y el único dispuesto a buscar alternativas al Brexit. Un candidato espectacular si se hubiera presentado en 2001 o 2005, pero no ahora.

O al menos eso parecía hace una semana. Desde entonces, su inesperada campaña hiperactiva por las calles del país, su buena actitud en el primer debate y su capacidad para enfrentarse al favorito, Boris Johnson, usando las redes sociales, han centrado la atención en este inesperado aspirante. Y los focos están sobre él: este martes busca pasar a la tercera ronda eliminatoria, rompiendo cualquier expectativa, y conseguir su objetivo: un debate con el polémico exalcalde de Londres, esta noche, en la BBC. "Ha sacudido completamente la campaña, ha sacado de lugar a todos sus rivales", afirman los analistas de los medios británicos.

Para ganarse un sueldo en el verano, trabajó de tutor particular de los hijos de la princesa Diana

Como político, su historia es una de las más pintorescas imaginables. Stewart nació en Hong Kong, hijo de Brian Stewart, un diplomático y subdirector del MI6 que estuvo representando a Reino Unido en todos los momentos clave durante la segunda mitad del siglo XX: en la Segunda Guerra Mundial, en la Revolución Cultural china, en la guerra de Vietnam.

Rory creció en Malasia y Escocia, y estudió en Oxford y Eton. Para ganarse un sueldo en el verano, trabajó de tutor particular de los hijos de la princesa Diana y el príncipe Carlos, Guillermo y Enrique. Una vez graduado, y siguiendo los pasos de su padre, se apunto al servicio diplomático, y con apenas 26 años fue enviado a Montenegro durante la guerra de Kosovo. En 2003, fue asignado a Irak, como parte de la dirección de la zona británica del país invadido. El Daily Telegraph, el periódico en el que colabora Johnson, sugería este mismo martes que Stewart también trabajó como espía en el MI6 durante esos años. Finalmente, en 2010 abadonó su carrera diplomática y obtuvo un escaño en la victoria de David Cameron.

El lugar escogido para el mitin de inicio de campaña de Stewart: un circo. Foto: Reuters

Stewart comenzó su campaña en un circo de Londres, delante de 600 personas. Su discurso incidía en la necesidad de defender las instituciones británicas, no lanzarse a prometer bajadas de impuestos "irresponsables" y apostar por inversiones en vivienda, infraestructuras y educación. Respecto al Brexit, sugiere una "convención ciudadana" que busque un acuerdo que una a las dos mitades de la población, en vez de centrarse únicamente en contentar a los 'brexiters'.

Su figura parecía inicialmente poco menos que una broma, mientras Johnson dominaba la recogida de apoyos y la mayoría de los otros se centraba en copiar el discurso del exalcalde. Pero Stewart aprovechó sus oportunidades para hacerse oir: defendió el intento laborista de prohibir un cierre del Parlamento para forzar un Brexit duro, y amenazó con dirigir él mismo una sesión parlamentaria alternativa "en el edificio al otro lado de la calle" si algún candidato prometía mandar a los diputados a sus casas.

El resultado ha sido un inesperado ascenso de sus posibilidades. A sus filas se han unido el actual viceprimer ministro en funciones, David Lidington, y una de las grandes figuras entre los proeuropeos, Caroline Spelman. La revista The Economist le alabó como "el único con un mapa y una brújula para recuperar la vía del realismo" y una de las corrientes internas del partido, "Tories para la Reforma", le escogió como su candidato.

En las últimas horas, Stewart se ve al borde de romper su techo. Necesita 33 votos para pasar a la tercera ronda, y cree que tiene "una base sólida, pero justo por debajo", aunque su equipo dice haber recibido apoyos de diputados que habían votado inicialmente a otros aspirantes. Si rompe la barrera este martes, todos los focos de la pista estarán centrados en él como la principal alternativa a Johnson.