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No pongas un fregadero negro en tu cocina sin antes saber esto: así desaparecen las manchas de cal

Fuente: Istock

elEconomista.es

Si hablamos de tendencias en la cocina, una de las más famosas y que cada vez vemos más en las casas más modernas es la de optar por un fregadero de color negro. Con un aspecto mucho más moderno y elegante, se ha configurado como una de las opciones por excelencia, a pesar de los defectos también bastante visibles. Y es que, precisamente su superficie oscura revela rápidamente la acumulación de cal, por lo que su mantenimiento es más complicado que el de los fregaderos tradicionales.

Por suerte, existe un sencillo método, con un ingrediente natural que todo el mundo tiene en casa, con el que poder deshacerse de la cal sin la necesidad de utilizar productos químicos.

Cómo eliminar la cal del fregadero

La cal es un problema de lo más común en zonas con bastante agua, como puede ser el baño o el fregadero. Aunque estas manchas de color blanquecino son inofensivas, sí que es cierto que pueden opacar la superficie y darle un aspecto sucio y descuidado. Ante ello, como se ha comentado anteriormente, los productos químicos se posicionan como una de las medidas más efectivas, aunque no siempre es así. En ocasiones, estos son muy agresivos, de forma que acaba dañando el material.

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Afortunadamente, entre todos los remedios caseros que existen, hay un ingrediente natural que ha demostrado su eficacia: el aceite de oliva. Más allá de su función a la hora de cocinar, con este producto también podemos sacarle partido limpiando y deshacernos de las manchas de cal y proteger su superficie.

Eso se explica gracias a su capacidad para crear una capa fina que impide que el agua se filtre en las microfisuras y que a la vez disuelve los depósitos de cal.

El truco con aceite de oliva

Para poner en práctica este método realmente no se necesita mucho más, ni utensilios muy sofisticados. En primer lugar, se debe limpiar correctamente el fregadero con la ayuda de una esponja húmeda y jabón para eliminar toda la suciedad o restos de comida que pueda haber. Tras ello, ahora sí, es el momento del aceite. Con verter unas cuantas gotas sobre un paño y frotar suavemente es más que suficiente. Después, limpia el exceso con un paño seco.

Este truco puedes aplicarlo una vez a la semana para mantener el fregadero en correctas condiciones.