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Francia, Alemania y Reino Unido elevan la intervención en grupos estratégicos

  • Italia acelera las desinversiones del Estado para reducir su endeudamiento
  • Frente a energía y telecomunicaciones hay un proceso de desinversiones en el sector financiero
Emmanuel Macron, presidente de Francia

Javier Romera, Ángela Poves

El desembarco y la toma de control de Telefónica por parte del Estado español no es una excepción en Europa. En los últimos años se está acelerando el intervencionismo en las grandes empresas estratégicas, especialmente en los sectores de las telecomunicaciones y de la energía -en el sector financiero en cambio está ocurriendo justo todo lo contrario-, con Francia, Alemania y Reino Unido a la cabeza.

Una de las industrias donde hay mayor presencia pública es, de hecho, el de las telecos. Francia, mantiene, por ejemplo, una participación del 23,6% en Orange; Alemania controla el 30,4% de Deutsche Telekom; Italia tiene el 9,8% de TIM; Bélgica el 54% de Proximus, la antigua Belgacom; Austria el 28,4% de Telekom Austria; Suiza el 51% de Swisscom; Noruega el 54% de Telenor y Finlandia el 10% de Elisa OYJ a través de Solidium, un fondo de inversión estatal.

En Italia, donde se está llevando a cabo un proceso de privatizaciones para reducir la deuda, además de la participación en TIM a través del banco público Cassa Depositi e Prestiti, el Estado acordó también quedarse con una participación del 20% en Netco, la sociedad que agrupa los activos de red fija de Telecom Italia (TIM), tras la venta a KKR, cerradda en noviembre de 2023 por 22.000 millones. Y ahora quiere comprarle a la teleco el cable submarino Sparkle apoyándose en Asterion.

Energía

En el sector energético, en junio de 2023 el Estado francés volvió a ser el único accionista de Électricité de France (EDF), la mayor empresa eléctrica del país, haciéndose con la totalidad del capital y los derechos de voto de la eléctrica, tras finalizar la oferta bursátil lanzada sobre sus acciones y compra el 15% que aún no tenía.

Es una operación en línea con la estrategia de política energética definida por el Presidente de la República Francesa, Emmnauel Macron, que pretendía reafirmar "el apoyo a largo plazo del Estado a la estrategia industrial de EDF", incluyendo el lanzamiento de un programa de construcción de reactores nucleares EPR2 en Francia durante las próximas décadas.

También en el país vecino, la energética Engie, surgida de la fusión de Suez y Gaz de France y en la que el Estado tiene el 23,6% del capital, acordó el año pasado la compra de todos los activos de Orsted, una empresa de energías renovables, de capital mayoritariamente público -Dinamarca controla el 50,1% de las acciones- y una de las principales impulsoras de energía eólica marina en el mundo.

Nacionalización en Alemania

Y algo similar ha ocurrido también en Alemania con Uniper, el mayor importador de gas de país. Hasta septiembre de 2022, la empresa era propiedad del gigante público finlandés Fortum, pero el gobierno alemán decidió entonces su nacionalización para garantizar el suministro energético en medio de la guerra de Ucrania, teniendo en cuenta que era uno de los mayores clientes de la rusa Gazprom.

¨Y del mismo modo, en Reino Unido el Gobierno británico anunció en julio del año pasado la constitución de la empresa pública Great Britain Energy —GB Energy—, una nueva entidad que contará con 8.300 millones de libras, unos 9.900 millones de euros de fondos públicos para "tener en propiedad, gestionar y operar proyectos verdes". GB Energy, que tendrá sede en Escocia, se financiará en parte con 1.200 millones procedentes del impuesto sobre los beneficios extraordinarios a las petroleras y las gasistas.

En Reino Unido también el anterior Gobierno conservador de Rishi Sunak aprobó la creación de otra empresa pública, Great British Nuclear, para desarrollar múltiples proyectos de energía atómica, que complementarán otras medidas de diversificación energética. En este mismo sector también, Italia, por ejemplo, tiene el 23,6% de Enel y el 32,3% de ENI; Noruega controla el 67% de Statoil y el 100% de Statkraft; Suecia el 100% de Vattenfall; Finlandia el 51,2% de Fortum y Dinamarca el 20,1% de Orsted.

Banca

Frente a lo que ocurre en la energía o las telecomunicaciones, en Europa se está produciendo, en cambio, un proceso inverso en sector bancario. Y es que los Gobiernos que nacionalizaron bancos durante la crisis están poco a poco vendiendo sus participaciones, lo que podría dar más juego para una posible concentración dentro del sector. Irlanda rebajó así su participación en Allied Irish Banks por debajo del 50%, Reino Unido redujo su participación en NatWest del 38% al 18%, Italia tiene actualmente apenas un 12% en Monte dei Paschi di Siena y Países Bajos conserva un 40% en ABN Amro, cuyo rescate costó al Estado holandés 22.000 millones de euros en 2008.