El Gobierno oculta si Begoña Gómez ha usado el Falcón tras admitir que va a "viajes oficiales"
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Ángela Poves
El Gobierno se niega a dar información sobre los viajes de Begoña Gómez en el Falcón oficial. Hace más de tres meses que este periódico vertió una pregunta en la Plataforma de Transparencia de acceso a la información pública para conocer el número de veces exactas que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había utilizado este avión del Ejército del Aire para sus desplazamientos en el último año, y si también había sido usado por su esposa en alguna ocasión con fines empresariales. Sin embargo, no hubo respuesta alguna por parte del Ejecutivo que, además, señaló que la cuestión trata información que incluye datos de carácter personal y, por tanto, serían de aplicación los límites establecidos en la Ley de Transparencia. Así, el Gobierno no contestará a ninguna pregunta relacionada con el uso del Facón, según fuentes consultadas por este periódico y próximas al departamento.
No obstante, el Ejecutivo sí admite que Gómez acompaña a su esposo, el presidente Sánchez, en viajes oficiales por "necesidades de protocolo y representación", pero nunca "como representante o cargo público con agenda propia". O, al menos, eso aseguran.
Pero el escándalo ante estas preguntas tiene un antecedente, pese a que sea de otra índole. El pasado lunes, Aena, que gestiona los aeropuertos españoles, concedió a Gómez acceso a la Sala de Autoridades de Barajas, asegurando que tiene el "cargo" de "esposa del presidente del Gobierno", según adelantó OKDIARIO.
El Real Decreto 2099/1983, de 4 de agosto, por el que se aprueba el Ordenamiento General de Precedencias en el Estado, establece qué figuras en España son autoridades y, por tanto, quiénes tienen derecho a utilizar la sala reservada en los aeropuertos que, además, solo pueden ser usadas para trayectos de carácter oficial. Entre ellas, no figura el de esposa del jefe del Ejecutivo, pero Begoña Gómez junto a sus dos hijas y dos personas más usaron esta sala para un desplazamiento a Bristol sin que existiese un acto del Gobierno programado. Así lo refleja un documento de Aena, donde aparece la reserva de la sala a nombre de Gómez, cuyo cargo escrito es el de "esposa del presidente del Gobierno".
El gasto
La polémica no se limita a que Gómez disfrute de un privilegio que solo le pertenece a las autoridades, sino que va aún más cuando se ahonda en el coste que conlleva el mantenimiento de los Falcon, en los que viaja el líder socialista. El Gobierno ha aumentado un 130% el gasto de limpieza del avión, lo que conllevará un coste a las arcas públicas de 1.617.280 euros. Una cifra que supera al último contrato mantenido para este mismo servicio, que fijaba un gasto de 705.280 euros.
Por no hablar de número de veces que Sánchez ha utilizado el avión para viajes de corta distancia. En 2022, el presidente cogió un vuelo con el Falcon casi cada dos días, según la documentación remitida hace un año por el Portal de Transparencia a este periódico, que sí respondió en aquella ocasión.
Entre enero y septiembre de ese año, Pedro Sánchez realizó un total de 125 vuelos, lo que supone casi un 32% más que en el mismo periodo de 2021, cuando realizó 95 viajes con avión oficial. Llama la atención que Sánchez ha usado este transporte privado incluso para sus vacaciones personales, cuando en agosto de 2022 voló con el Falcon a Palma de Mallorca para la audiencia anual con el Rey Felipe VI y desde allí volvió a utilizar el día siguiente el avión para viajar a Lanzarote, donde pasó sus vacaciones estivales, de acuerdo siempre con la documentación remitida por Transparencia.
De acuerdo con distintas empresas de vuelos privados consultadas por elEconomista.es, el Falcon 900 tiene un coste estimado de alquiler de 6.500 dólares (6.200 euros) de media. Cada vez que Sánchez coge esta aeronave para viajar, se gasta de media 5.600 euros por cada hora de vuelo, ya que hay que añadir el coste del combustible, mantenimiento y el salario del personal. Y todo ello sin mencionar los gramos de CO2 que emite el Falcon.
Según la Asociación Ferroviaria Española, el tren es el medio de transporte que menos contamina pues por cada pasajero y kilometro recorrido solo emite 285 gramos de CO2. El avión genera casi el 14% de las emisiones y, concretamente, los jets privados, como es el caso del Falcon 900, emiten hasta 10 veces más que los aviones comerciales pudiendo llegar a contaminar dos toneladas de dióxido de carbono en solo una hora. Estos datos van, claramente, en contra de los objetivos fijados por Bruselas en el marco de los compromisos con el medio ambiente y lucha contra el cambio climático; y en contra de la Agenda 2030 del gobierno de Sánchez.