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¿Podría repetirse el maremoto que asoló Cádiz en 1755? Así afectaría y así sería el plan de evacuación

  • Con origen en el Atlántico, Lisboa fue la ciudad más dañada por tal suceso
  • En Cádiz, las murallas minimizaron las pérdidas pero la bahía quedó destruída
  • Además de en el BOE, los vecinos gaditanos tienen recogido un plan de actuación
Foto: Europa Press.

Adrián Arranz

Los últimos informes llevados a cabo por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han demostrado que existe la posibilidad real de un tsunami en España. Una ola gigantesca, precedida por un maremoto bajo el mar de Alborán, que arrasaría con el sur peninsular en tan solo media hora. Un terrible suceso, con pocas probabilidades y un periodo longevo de tiempo, que no es nuevo en España. Y es que en 1755 un fenómeno similar ya arrasó con la bahía de Cádiz.

Cuentan los escritos de la época que lo vivido en la mañana del 1 de noviembre de 1755 fue el primer gran desastre natural de la época moderna. Un castigo divino, para algunos, con el tiempo significó un antes y un después para los estudios en terremotos y sus terribles consecuencias. Con epicentro a unos 300 kilómetros de Lisboa, en el Atlántico, este suceso destruyó la capital de Portugal en tan solo 10 minutos.

Sin embargo, más allá de los casi 100.000 muertos que dejó en la desembocadura del río Tajo, en lo que a España se refiere, la peor parte de este maremoto lo sufrió Cádiz. En contacto directo con el fenómeno, pues ocurrió en la falla Azores-Gibraltar, la bahía entera quedó arrasada por un tsunami de unos 20 metros de altura.

Las murallas de la capital redujeron el impacto, pero los pueblos costeros no corrieron la misma suerte

Una ola gigante, cuatro veces mayor que la que alcanzó Lisboa, que hizo que el mar entrase en hasta tres ocasiones en la capital gaditana y sus alrededores. No sin terribles consecuencias para la ciudad, el Barrio de la Viña quedó prácticamente arrasado y varias personas fallecieron ahogadas, sin embargo las altas murallas que rodeaban el centro histórico ayudaron a minimizar los daños.

No corrieron tanta suerte los pueblos que se reparten a lo largo de la bahía y la costa gaditana, sin fuertes murallas, y entre los que quedaron destrozados se enumeran Conil de la Frontera, Chiclana, Sanlúcar de Barrameda, Rota, El Puerto de Santa María o Jerez de la Frontera. Allí, el daño fue mucho mayor, se perdieron miles de vidas y se derrumbaron varias edificaciones.

Además, Huelva, Sevilla, Jaén, Córdoba e, incluso, las hoy Castilla-La Mancha, Castilla y León o Madrid también notaron las consecuencias de tal movimiento sísmico. En total, se calcula que en España fallecieron más de 5.000 personas por el terremoto y las pérdidas materiales fueron valoradas en más de 50 millones de reales de vellón.

Así sería el maremoto en pleno siglo XXI

Un desastre inigualable en aquella época que, como efecto natural, se teme que se repita en pleno siglo XXI. Así lo ha demostrado el CSIC que podría ocurrir, aunque el epicentro más probable sería al otro lado del Estrecho de Gibraltar, y por lo que hasta el Boletín Oficial del Estado (BOE) ya contempla un plan listo para poner en marcha en caso de emergencia.

Pero en lo que al maremoto de 1755 supone, llevado a 2021, La Sexta se encargó de recrearlo hace unos meses. Con un impactante vídeo, se puede apreciar como en un primer momento la playa de La Caleta quedaría prácticamente sin agua. Todo de arena, es la señal de mayor emergencia, puesto que dentro del mar se está formando una ola gigante con todo ese agua retirada.

Tras ello, el Atlántico escupiría el tsunami arrasando por completo el antiguo balneario y las edificaciones más cercanas a la costa, debido a la velocidad de entre 500 y 1.000 km/h (depende de la magnitud) con la que el maremoto impactaría en la ciudad. Por ello sería necesaria una pronta evacuación, en alrededor de media hora, con el fin de minimizar el mayor número posible de pérdidas humanas.

Plan de evacuación de Cádiz

Un plan de evacuación que, junto al desarrollado por el Ministerio del Interior y recogido en el BOE, también existe un texto entre las asociaciones vecinales de Cádiz. Empezando por las medidas básicas, se llama a los ciudadanos a recogerse sobre un área de seguridad, dentro o fuera de viviendas pero donde se esté protegido de posibles objetos que puedan caer por el movimiento sísmico.

Tras esto, y recordando siempre mantener la calma y evitar escapar hacia ciudades vecinas, para alejarse del tsunami lo mejor es subir a plantas superiores. Es decir, alcanzar las partes más altas de los edificios, en lo que se conoce como 'evacuación vertical'.

Por último, y una vez se recupere el nivel del mar (entre cuatro y cinco horas desde el comienzo del maremoto), solo se debe abandonar la vivienda si ocuparla se considera un riesgo serio. Sin abandonar la ciudad, hasta que se hayan garantizado todas las vías de escape, podría ser normal que los suministros de agua y electricidad quedasen dañados durante varias semanas.

Consecuencias posteriores trágicas que no se deben tomar a la ligera, puesto que la probabilidad real existe (aunque sea baja). Por ello es importante conocer qué ocurrió hace más de 260 años y cómo habría que protegerse en la actualidad. Un momento donde se tienen más conocimientos sobre estos fenómenos y por lo que la defensa, a priori, debería ser más férrea.