Luminosa, sí, pero también muy espaciosa y a juego con la geografía del terreno, adaptándose a las exigencias orográficas de las colinas austriacas.
Este es el último logro de Architects Collective ZT (una compañía arquitectónica autóctona de Viena fundada hace seis años por Andreas Frauscher, Richard Klinger y Kurt Sattler): partir de la estructura en L tradicional en las casas de Austria y levantar una construcción moderna en plena falda de las colinas sin ocasionar un gran impacto medioambiental. De este modo, parece que el tejado de la casa -que se inclina en uno de sus laterales hasta hundirse en el prado- brota de la sábana de flores silvestres que la rodea, casi camuflándose con ellas. La fórmula, que combina sostenibilidad, un diseño de alta calidad y sobria sencillez, ha dado como resultado una casa en forma de L compuesta por dos piezas principales, en la esquina de las cuales se abre un espacio de entrada de anchura fácilmente regulable, para atender a las necesidades de la familia. Gran parte de las paredes están recubiertas por una pantalla de ventanas de cristal, lo que favorece la filtración de los rayos solares, y la decoración interna alterna muebles de madera oscura y corte sencillo con superficies pintadas de un blanco inmaculado, que atrapan la luz en esta región de las alturas donde amanece tarde y anochece pronto. La planta baja predomina sobre el piso superior ocupando gran parte de la parcela, con un alargado porche de madera rodeándola y separando las habitaciones del césped con unos centímetros de altura. En la planta de arriba queda un pequeño espacio reservado para el dormitorio principal y un salón/cocina abierto al tejado por una terraza que nos ofrece vistas de película cuando el sol ilumina el paisaje montañoso desde lo alto del cielo o las montañas se hunden en tinta naranja con cada atardecer, arrancando refrescantes reflejos plateados de la gran piscina que se abre en mitad del jardín.
(imágenes: www.freshome.com)