
La bodega burgalesa Matasnos, única en España situada en un bosque, cumple 11 años de una apuesta clara por la calidad y la sostenibilidad tanto en el cuidado de las 24 hectáreas de viñas como en el proceso posterior de crianza en barricas de roble francés que se renuevan cada año.
Ubicada en la localidad de Peñaranda de Duero, las vides de Bosque de Matasnos se sitúan a unos 950 metros de altitud, lo que supone estar casi al límite máximo de la producción de vid en España, y conviven con árboles centenarios en unas tierras con "características muy especiales". El resultado de este particular escenario natural es producir uva que disfruta de maduraciones lentas y con grandes contrastes entre el día y la noche.
La producción, muy cuidada, es de entorno a las 70.000 botellas. Las uvas utilizadas para la elaboración del vino son Tempranillo, Merlot, Malbec, Verdejo y Chardonnay. Sus promotores aseguran que es un vino de calidad ya que siete de cada diez racimos se quedan por el camino desde que se planta hasta que sale la uva.
Jaime Postigo, miembro de una extensa saga empresarial en Segovia y fundador de este proyecto, ha apostado también por el cuidado del entorno: 90 hectáreas de bosque de encina y roble donde se han introducido además aves rapaces, abejas y pájaros para mantener el ecosistema terciario. Lo cierto, este ecosistema protege las vides de la contaminación y las tierras que las rodean solo producen cultivos orgánicos.