
Envuelto en mitos y leyendas, se utilizó como moneda, medicamento y ahora miles de años después se trata de uno de los alimentos más exquisitos y placenteros que cualquiera haya probado. El viejo amigo mejicano, el cacao, lleva con el hombre desde el siglo VII y se ha convertido en el manjar más deseado.
El chocolate se ha puesto de moda y ahora es un producto gourmet tan exclusivo que el sabor ya no es suficiente, porque esta exquisitez ahora se presenta en un formato con identidad, elaborado con los mejores ingredientes que combinan diseño y comida para crear una auténtica obra de arte.
Con gusto y dedicación estas semillas han florecido hasta encontrar de la mano de algunos expertos chocolateros unos sabrosos postres de precios desorbitados.
Madeline au Truffe
Extravagante y deliciosa, así es la Madeline au Truffe, la trufa de chocolate más cara del mundo. De la mano del cocinero danés Fritz Knipschildt, este pedazo de cielo puede adquirirse en Chocopologie por 170 euros.
Un 70% de chocolate negro Valrhona, crema de leche, azúcar, aceite de trufa y vainilla se funden para crear la base del exquisito ganache que reviste al peculiar hongo francés Perigord. Tras una pequeña lluvia de polvo de cacao, este original bocado es acostado sobre una cama de perlas de azúcar y sellado en una caja de plata que cierra con un lazo y una nota de su autor.
Para deleitarse con esta maravilla hay que hacer un pedido con al menos dos semanas de antelación, ya que el proceso es delicado y laborioso.
Imagen: Luxury Insider
NoKa
El chocolate NoKa procede de las mejores cosechas del más distinguido cacao de Venezuela, Costa de Marfil, Trinidad y Ecuador. La pureza de este manjar alcanza hasta un 75%, que se combina con azúcar y mantequilla de cacao para crear un sabor sorprendente. Lamentablemente la empresa cerró el negocio en 2011, pero sin duda algo muy bueno tenían que hacer cuando la gente pagaba 779,87 euros por 500 gramos.
Imagen: Luxury Insider
To'ak
Solo el 5% de los chocolates se fabrican y cultivan en su país de origen, Ecuador, y To'ak es uno de ellos. Una empresa chocolatera que vende la tableta más cara del mundo.
La palabra To'ak proviene de la fusión de dialectos ecuatorianos antiguos y significa "tierra" y "árbol", ya que sus dueños quieren destacar la importancia del cuidado de la tierra de las semillas y el delicado proceso que se lleva a cabo para que el cacao mantenga su sabor íntegro. Tanto es así, que las cajas en las que se empaquetan son las mismas con las que se fermenta la semilla, y además se incluyen unos palillos de madera para que el olor de los dedos y los aceites naturales de la piel no intoxiquen el aroma puro de esta joya.
Los atrevidos que quieran experimentar esta nueva manera de probar el chocolate tendrán que pagar la cifra de 237,43 euros por barra.
Imagen: Luxury Insider
DeLafée
DeLafée combina el espíritu de la elegancia y el arte en cada una de sus creaciones. Desde Suiza, esta chocolatería ofrece una conexión de dos de los placeres más irresistibles: el mejor chocolate suizo y la elegancia del oro de 24 quilates.
Con la mezcla de granos de cacao de Ecuador, Venezuela y Ghana, el oro se funde como un ingrediente más que adorna y lo convierte en una delicatesen extraordinaria. Los pralinés de DeLafée se venden en dos formatos. Para los más golosos está 'Celebración', que incluye ocho barritas de chocolate envueltas en 24 escamas de oro comestible y cuesta unos 100 euros. La caja 'Intimidad' solo contiene dos piezas con la misma elaboración, ideal para un buen regalo y más asequible, por 40 euros.
Imagen: Luxury Insider
Unelefante
Tatiana Sánchez, diseñadora y fundadora de Unelefante, es la original artista que elabora las tabletas de chocolate más increíbles. Como si de un lienzo se tratara, Tatiana plasma su personalidad sobre el cacao para hacer de su dulce algo único.
Tras fundar la empresa, la mejicana comenzó a idear todo tipo de regalos para ocasiones especiales, pero decidió dar un paso más allá y se adentró en el mundo de la repostería. Más adelante tuvo la oportunidad de conocer al chef Jorge LLanderal y familia, unos de los mejores productores de chocolate de Méjico. Así surgió la tableta Pollock en 2013 y que se vende a precio de oro, por 115 euros.
Imagen: Unelefante web
Richart
Atrevidos y clásicos, desde 1925 la familia Richart ha sorprendido a los amantes del cacao durante generaciones. En un pequeño taller de Lyon, José Richart comenzó a fabricar uno de los mejores chocolates del mundo hasta que su nieto Michael Richart propuso mezclar texturas, esencias y sabores que consiguieron conquistar a todos los paladares.
Lo peculiar de estos pedacitos de cielo son los bombones. Sus cajas vienen ordenadas de acuerdo a su cuerpo e intensidad, por lo que debe comerse de la misma forma que se presentan, como si de una tabla de quesos se tratara. Entre las especialidades destacan los balsámicos, los de esencias de frutas y los sorprendentes de hierbas y esencias que proporcionan un gustillo diferente al catador.
Para impresionar de verdad lo mejor es probar los petits Richart en la Burlwood Vault, un exquisito cofre de madera que esconde en su interior siete cajones de felicidad. Tras cuatro meses se consigue la temperatura y humedad adecuada para que el privilegiado que los pruebe lo haga en las condiciones perfectas. Lo que no es tan maravilloso es su precio, porque hay que pagar 776,22 euros por ella.
Imagen: Metis Linens blog