El precioso pueblo de San Vicente de la Barquera es el entorno en el que se ubica este restaurante cuyo marco es también absolutamente excepcional: junto a la playa de Gerruca y en lo que fueran las instalaciones de una antigua ostrería situada sobre la bahía de San Andrés.

El edificio está prácticamente situado sobre el agua, de tal manera que, con el buen tiempo y la apertura de ventanales, parece estar en una plataforma acuática. Deslumbrante paisaje para una cocina muy especial e innovadora a cargo de Óscar Calleja que, con una estrella Michelín, apuesta por una culinaria contemporánea de originales presentaciones.

La novedad más reciente es el bistró-lounge Nácar, con una carta basada en el producto (ostras criadas por ellos en la ría, anchoas artesanas, rabas?) y menú bistronómico a 28 euros con platos como el arroz con pato, alioli de frambuesa y su piel crocante. Una opción más desenfadada y casual que pretende ofrecer más opciones al cliente.

Sin embargo, hay que centrar el foco de atención en el restaurante gourmet, en el que Calleja se explaya y manifiesta en todo su poderío. Hace tan sólo cuatro años que el restaurante se inauguró y sin embargo el chef cántabro ha encontrado un camino propio; experiencia no le faltaba ya que, a pesar de su juventud, contaba con un amplio bagaje con stages en los más grandes, desde El Bulli a Arzak.

En los dos menús degustación que se ofrecen (38 y 58 euros), toques de cocina japonesa, nikkei y una especial querencia de tipo personal por la mexicana. Cuidadosa fusión en platos como la ostra thai, basándose en los deliciosos bivalvos que ellos mismos cultivan con semillas de Arcachon y que resultan también exquisitas al natural; con la suave salsa asiática, es un bocado refrescante y perfecto para empezar una comida.

Productos de primera para un clásico suyo desde su creación en 2008, como es el Desierto de foie con rocas de avellana, donde también juegaunpapel principal el contraste de temperaturas. México se asoma varias veces en la carta ?Calleja tiene otro restaurante en Puebla llamado Maldito noviembre?, en preparaciones como el solomillo de vaca pinta cántabra con salsa chipotle, una interesante fusión de los dos mundosy ya se descubre del todo en su postre crepa con cajeta siglo XXI. Las presentaciones son originales y están muy pensadas, como ese Mensaje en una botella o los originales soportes en piedras. Espectacular terraza donde se puede celebrar la puesta de sol con unas ostras acompañadas de un fresco champagne.