
El embarazo de la mediana de los Kardashian está siendo uno de los más mediáticos y comentados del star system y por méritos propios. Primero, Kim no renunció a los tacones y los vestidos ceñidos, después contrató a la entrenadora de celebrities Tracy Anderson para controlar su peso y, finalmente, sufrió un ataque de ansiedad por un posible aborto involuntario que quedó en un susto y que podría haber sido causado por su falta de cuidados.
Pero lo que más llama la atención acerca del embarazo de Kardashian, es que ni en su estado deja de lado su imagen. Esta vez, según informa el portal Chic, Kim se ha sometido a un doloroso tratamiento facial que consiste en emplear sus propias plaquetas para regenerar el tejido cutáneo, extrayéndole e inyectándole su propia sangre.
"El doctor le sacó sangre a Kim del brazo y separó las plaquetas del resto. Entonces, le frotó la cara con sangre y después, le pinchó con un montón de agujas pequeñas en la piel, dejando que entraran las plaquetas. ¡Fue asqueroso!", indicó una fuente próxima a la celebrity.
A pesar de que los médicos aconsejaron a la estrella del reality Keeping up with the Kardashians que descansara y se tomara en serio su embarazo, está claro que Kim jamás dejará de lado su lema por excelencia: "Para presumir hay que sufrir".