Siempre hemos pensado que la resiliencia es una capacidad formidable que todos deberíamos aprender. Sin embargo es posible que no sea la única herramienta frente a las adversidades, ni quizá la mejor.
El entrenamiento en hipertrofia, que persigue el crecimiento muscular, está basado en el sencillo principio de que al someter al músculo a una carga excesiva el cuerpo reacciona haciendo que este crezca. La importante metáfora que esto nos deja es que un organismo puede fortalecerse como consecuencia de un daño.
Evidentemente en el crecimiento muscular esto ocurre de modo natural, aunque en la vida emocional el proceso es algo más complicado, pero sabemos que hay personas que salen fortalecidas de las épocas difíciles. El fenómeno se llama crecimiento postraumático, y aunque normalmente se suele considerar como sinónimo de la resiliencia, lo cierto es que son fenómenos diferentes, de hecho más bien opuestos. Porque la resiliencia tiene que ver fundamentalmente con que los acontecimientos adversos no nos afecten, mientras que el crecimiento postraumático está relacionado con sacar partido de una situación que nos ha afectado. En otras palabras: si un acontecimiento no nos impacta es muy difícil que podamos asimilarlo, analizarlo, sacar nuestras conclusiones y así hacernos más fuertes.
Fortalecerse tras las adversidades: hipertrofia emocional.