Vivienda - Inmobiliario

La falta de constructoras y profesionales lastran la construcción de vivienda de obra nueva para dar respuesta a la demanda

La falta de constructoras y de profesionales ralentiza la construcción de vivienda de obra nueva en Aragón.

Eva Sereno
Zaragoza,

La compraventa de vivienda sigue creciendo, sobre todo de la mano de la vivienda usada, que concentra el mayor número de las operaciones que se están registrando en la comunidad aragonesa. De hecho, de las 4.658 que se han formalizado en el segundo trimestre de este año, un total de 3.793 operaciones se corresponden con vivienda usada, mientras que 865 son vivienda de obra nueva, según el Informe del Mercado Inmobiliario de Aragón de la Cátedra en Mercado Inmobiliario de la Universidad de Zaragoza.

Y la demanda e interés en comprar una vivienda sigue creciendo. De hecho, actualmente, se están vendiendo más del doble de las unidades vendidas en 2024. Un dinamismo que se ha mantenido a pesar el verano a tenor de la atención a clientes y contactos recibidos por el sector inmobiliario.

Es una demanda que requiere más puesta de vivienda en el mercado. Pero aquí el sector se encuentra a una serie de desafíos que está condicionando tener una mayor agilidad para atender la demanda de pisos. De hecho, se sigue poniendo "menos vivienda en el mercado que las que se están vendiendo. Esto lo tendríamos que intentar revertir", explica el director general de Grupo Plaza 14, Fernando Montón.

Y prueba de ello es que se han iniciado 2.425 viviendas, pero solo se han terminado 2.100 en total. Estos datos y situación se explica por el número decreciente de empresas constructoras -se ajustó significativamente con la crisis de 2008 y sus niveles no se han recuperado actualmente-, y la falta de mano de obra. De hecho, este último factor -la carencia de profesionales-, es uno de los principales retos para el sector, que cifra en unas 5.000 personas la falta de mano de obra solo por el relevo generacional.

Son factores que dificultan la construcción de más vivienda de obra nueva y que, además, la que se está construyendo se ralentice. "Una obra que antes costaba ejecutar 18 meses, ahora, probablemente, lleve entre 22 y 24 meses", añade.

Pero este no es el único problema al que se enfrenta el sector. Cabe sumar los costes de construcción tanto por la mano de obra -ante la escasez de profesionales sube el coste-, y por los materiales que, por diferentes factores como la geopolítica, han experimentado en los últimos años importantes alzas, aunque se están estabilizando pero en torno al 100%, tras considerables subidas como, por ejemplo, la barra de acero corrugado, cuyo precio ha crecido un 100% desde 2021. Los cerámicos, por ejemplo, han aumentado el 43%.

Y aún hay otro factor que convendría afrontar: la lentitud de los desarrollos de suelos urbanizables, sobre todo en ciudades como Zaragoza y Huesca, indica Fernando Used, de Ingennius, quien ha afirmado que no es posible estar en el año 2025, pero con un plan especial arrancado en 2022.

"Nos vuelven locos a los técnicos con estudios de ruido y de inundabilidad, cuando no depende del promotor. Me parece un poco ridículo", incide. Una situación ante la que ha apuntado que "o ponemos todos que vayamos a 10 por hora y los asfaltos sean zonas absorbentes y todos los autobuses sean eléctricos o no podemos evitar el ruido, no nos vamos a poner barreras como en las autopistas".