Vivienda - Inmobiliario
Blackstone y Azora se suman a Patrizia y arrancan la venta de sus pisos de alquiler en Cataluña
- Apuestan por la venta unitaria de las viviendas ante la inseguridad jurídica
Alba Brualla
Los grandes fondos de inversión no solo han cerrado el grifo del capital en Cataluña para el mercado residencial, también están retirando posiciones en la región. La primera en dar un paso al frente en este sentido fue Patrizia, que ya el pasado año decidió poner en venta una gran cartera de viviendas en alquiler en Barcelona, y ahora son otros los grandes inversores que están desinvirtiendo sus portfolios, como es el caso de Blackstone o Azora, según han confirmado distintas fuentes del sector a elEconomista.es.
Ambas compañías son dos de los mayores caseros de pisos en renta de España y han decidido escapar de las dificultades normativas que enfrentan los inversores en vivienda en esta región, donde se aplica una intervención del mercado del alquiler, topando los precios, y se aprueban normas tributarias que dificultan este negocio.
Tal y como adelantó este medio, la gestora alemana, ha empezado a vender unidad a unidad su cartera de más de 540 viviendas en venta ante la dificultad de traspasar esta cartera a otros inversores.
Concretamente, encargó a JLL la venta de un portfolio de pisos repartidos en siete promociones y ubicados en municipios de la primera corona de Barcelona, como Sagrera, Sant Just Desvern y Badalona.
Ahora, Blackstone sigue sus pasos. El fondo estadounidense, que cuenta con distintas sociedades que con posiciones en el mercado residencial en Barcelona, como Testa o Fidere, ha cambiado su estrategia para algunos de sus activos y apuesta por vender los inmuebles que se vayan quedando vacíos, aprovechando la rotación de inquilinos, y también en el caso de contratos que llegan a su fin.
Así, según han confirmado en el sector a este medio, Blackstone, a través de estas sociedades que gestionan los alquileres, está mandando notificaciones a los inquilinos para comunicar que una vez venza el contrato este no será renovado, ya que se va a proceder a la venta del inmueble. Con esta estrategia el fondo está huyendo de la inseguridad jurídica que se ha generado en este mercado y que lleva a otros inversores como Azora, a tomar las mismas decisiones. Así, las mismas fuentes aseguran que la gestora liderada por Javier Rodríguez-Heredia ha empezado a desinvertir algunas de sus viviendas con ventas unitarias.
Esta fuga de los grandes fondos de inversión no es aislada. También en el mercado de los particulares, que son los que representan el 95% del mercado del alquiler en España, se está produciendo el mismo fenómeno. Así, una vez cumplidos dos años desde la entrada en vigor de la ley de viviendas el Observatorio del Alquiler, impulsado por la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), estima que se ha destruido cerca de un 16% del producto, lo que traduce en 120.000 unidades menos; mientras que la demanda ha crecido un 202% y los precios se han encarecido un 26%.
Además, esperan que para el cierre de este año, la fuga de oferta llegue hasta las 150.000 unidades. Una parte de estas viviendas se han vendido, otra ha pasado al alquiler vacacional o de temporada y otra se mantiene vacía.
El estudio muestra que mientras la oferta baja, la demanda no ha dejado de crecer. Antes de la ley, cada vivienda recibía una media de 37 contactos en 10 días. Ahora, esa cifra ha subido a 112. Este aumento de la presión se ha traducido en subidas de precios medios, que han pasado de 906 euros a 1.146 euros, superando por primera vez lo 1.000 euros de media-
El impacto de la ley de viviendas y otras medidas en contra de los grandes inversores de alquiler no solo afecta a la posición actual de los fondos, también a la futura.En este sentido, la llegada de nuevo capital para el sector residencial catalán se ha frenado en seco. La gran beneficiada de esta situación ha sido Madrid, que es hoy el epicentro de la inversión en vivienda en alquiler en sus diferentes formatos. De hecho, desde 2023, la capital española ha cuadruplicado el volumen de inversión registrado en Barcelona, según el último informe de JLL sobre el impacto de la regulación en este sector. Otros mercados como Valencia o Málaga también están entrando en el foco inversor.