Vivienda - Inmobiliario

Salen del mercado los pisos baratos: Sareb congela la venta de sus viviendas para determinar cuales pasan a la nueva empresa pública

Edificio residencial en Madrid

Alba Brualla

Sareb congela la venta de sus viviendas para estudiar el futuro traspaso de las mismas a la nueva empresa pública de viviendas, tal y como adelantó este medio. La decisión se ha tomado hoy en una reunión de la Junta General de Accionistas, celebrada con carácter de universal.

En este encuentro se ha acordado instruir al Consejo de Administración para que "en coordinación con SEPES y con los departamentos ministeriales competentes, trabaje en las alternativas que permitan a Sareb colaborar en la generación del parque estatal de vivienda de alquiler social o asequible".

Así, desde mañana y hasta la celebración de la Junta General de Accionistas en la que se acuerde el alcance de dicha colaboración, o, si no se celebrase con anterioridad, hasta el 30 de junio de 2025, queda "paralizada temporalmente la comercialización y la venta de todos los activos inmobiliarios susceptibles de formar parte del parque estatal de viviendas de alquiler asequible y social".

Con esta decisión saldrán del mercado de la compraventa una gran bolsa de viviendas asequibles, ya que las viviendas del conocido como banco malo se transaccionan en toda España a un precio medio de 90.000 euros, lo que las convierte en las más accesibles para el comprador.

Concretamente, en 2023, Sareb cerró la venta de 10.500 viviendas a través de canales minoristas, a un precio medio de 90.000 euros. La gestión de estas transacciones se llevó a cabo a través de Hipoges y Anticipa/Aliseda, los servicers que tienen el encargo de desinvertir estos activos, cuyo mandato termina el próximo mes de agosto.

De este modo, el freno la venta de activos residenciales supondrá un impacto, no solo para las cuentas de Sareb, también para el negocio de los servicers encargados de esta labor. En abril de 2022 la sociedad aprobó la adjudicación a Hipoges y a Anticipa-Aliseda de los servicios de gestión y comercialización de una cartera de inmuebles y préstamos por un valor cercano a los 25.300 millones de euros.

El contrato con ambos servicers vence en agosto, por lo que todavía cuentan con cinco meses asegurados de ingresos por comisiones de las ventas, sin embargo, estas se van a ver notablemente reducidas, ya que la principal actividad comercial es la residencial.

Por otro lado, se pone en duda la renovación del contrato como tal ya que hasta ahora se daba en parte por hecho que ambos servicers continuarían con el mandato hasta la liquidación de Sareb, prevista para noviembre de 2027. Ahora, en caso de continuar, los contratos deberán redefinirse.

Por otro lado, la selección de los activos que se van a traspasar a la nueva empresa pública de vivienda es clave también de cara a la supervivencia de la propia Sareb, que necesita registrar un volumen mínimo de ingresos para poder mantener en marcha su maquinaria y cumplir con su mandato hasta noviembre de 2027. Además, también es necesaria para poder nutrir de más viviendas a la nueva entidad pública.