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Plazas de toros, minas, canteras...¿Cómo se valoran?

  • Las valoraciones especiales son aquellas que por tu tipología o finalidad se salen de los cánones normales
Plaza de toros de Ronda. Fuente:iStock

Lorena Torío

Todo -o casi todo- se puede valorar. Sobre esta máxima trabajan las compañías de tasación y valoración. Son ellas las encargadas de poner cifra al valor real, justo y adecuado de cada activo. Los servicios más demandados por los clientes son la tasación de viviendas, naves, locales comerciales, garajes o terrenos, pero existe un grupo de bienes que se engloban en la categoría de valoraciones especiales.

"Se trata de valoraciones que por su tipología y finalidad se salen de los cánones normales de valoración. Se pueden hacer valoraciones tanto de bienes muebles como de bienes inmuebles", explica Sandra Daza, directora general de Gesvalt. Como ejemplos, dentro del grupo de bienes muebles se encuentran los amarres de barcos, joyas, obras de arte, participaciones de empresa o participaciones de clubes de fútbol. El grupo de bienes inmuebles engloba plazas de toros, minas, canteras o tanatorios.

"En general, no se pueden valorar aquellos activos que no se pueden identificar de una forma completa y correcta. Salvando lo anterior, se puede valorar casi la totalidad de los activos. Si hay un mercado identificado y suficiente, la valoración es sencilla. De lo contrario, siempre se puede recurrir a métodos indirectos como el de los ingresos o el del coste", comenta la responsable de la firma de consultoría, valoración y actuaciones técnicas.

¿Y cuál es la finalidad de las valoraciones especiales? Se realizan para conocer el valor del mercado de un activo de cara a su posible venta o subasta, también en el reparto de herencias o cuando se quiere utilizar la propiedad como aval. Además, también es muy habitual la finalidad contable, ya que la valoración de estos activos es necesaria cuando se lleva a cabo una operación corporativa de fusión o adquisición.

Metodología

En cuanto a la metodología que se utiliza en las valoraciones especiales, principalmente se aplican los tres enfoques de valoración propios del resto de activos: el de mercado, el de ingresos y el del coste. Dentro de cada enfoque se pueden encontrar "variedad de métodos en función de activos o situaciones concretas", matiza la experta.

Respecto a la normativa por la que se rigen, es común al resto de las valoraciones. "Si estamos hablando de valores de mercado, necesariamente nos tenemos que referir a la normativa internacional IVS por sus siglas en inglés (International Valuation Standards) y a las normas profesionales de RICS por sus siglas en inglés (Royal Institution of Chartered Surveyors)", apunta Daza.

Los encargados de realizar las valoraciones especiales son profesionales específicos que saben tratar con este tipo de activos. En general, las empresas cuentan con equipos multidisciplinares que tienen conocimientos en varias áreas como economía, ingeniería, arquitectura, pero también, historiadores, arqueólogos, etc. Cada tipo particular de activos requerirá de un perfil específico.

Una de las dudas más recurrentes cuando se habla de este tipo de valoraciones es saber si son obligatorias. Lo cierto es que no lo son, pero si se consideran recomendables y útiles. "Para vender una propiedad es necesario tener unas expectativas de precio acorde al momento del mercado. Es lo que se conoce como "valor de mercado", cuenta la directiva de Gesvalt.

El valor de mercado es el precio más probable en el que se transferirá la propiedad entre un comprador que quiere comprar y un vendedor que quiere vender, en un mercado transparente y sin coacciones. "Conocer el valor de mercado de los activos cuando se tiene intención de vender es fundamental para conseguir optimizar dos aspectos fundamentales, por un lado, el precio a percibir que intentaremos que sea el máximo, y por otro, el tiempo que nos costará vender, que intentaremos que sea el mínimo en función de la situación del mercado", añade Daza.

La directiva explica que la valoración especial más destacada que ha realizado su compañía es la de un centro de producción azulejero en España, que ascendió a más de 80 millones de euros, incluyendo la maquinaria de producción del centro, el inmueble que alojaba dicha maquinaria y también la marca comercial. "Además, también hemos valorado zoológicos, parques de atracciones o himnos", concluye.