Rato prescinde del consejero delegado del Banco de Valencia
El presidente de Bankia, Rodrigo Rato, está a punto de quitarse de encima uno de los problemas heredados del antiguo Grupo Bancaja. El problema se llama Domingo Parra, consejero delegado del Banco de Valencia desde 1994, cuya gestión está llena de nubarrones y operaciones poco transparentes que han llevado a la entidad al borde de las pérdidas.
Según fuentes cercanas al banco, Parra ya no dirige realmente la entidad, de la que Banco Financiero y de Ahorro (BFA) tiene el 39 por ciento, aunque formalmente sigue en el puesto y negocia las condiciones de su salida, con importantes diferencias sobre su indemnización.
Además de registrar uno de los peores resultados de la banca española -no ha alcanzado aún el core capital del 8 por ciento-, la gestión de Parra está salpicada por operaciones ruinosas como la compra de la piscifactoría del exministro Antoni Asunción, que le ha causado un agujero de 11,8 millones en el primer semestre, como contó elEconomista, o la compra de la inmobiliaria Costa Bellver a mediados de 2009.
Costa Bellver era propiedad de Eugenio Calabuig, amigo de Parra y presidente de Aguas de Valencia. El banco y Calabuig controlan el 63 por ciento de Aguas de Valencia a través de Inversiones Financieras Agval, creada exprofeso para eso. Sin embargo, en verano de 2009, con el mercado inmobiliario cuesta abajo, IF Agval decidió invertir en ladrillo y junto a Bancaja Hábitat, filial de la caja, compraron el 82,9 por ciento de Costa Bellver por 107 millones, cuando su activo era de 10 millones y su patrimonio neto de 3,2. El auditor de IF Agval cuestionó la operación y accionistas del Banco la criticaron durante la última junta. Solo en 2009, Costa Bellver causó pérdidas de 13,1 millones a Bancaja Hábitat.
Otra polémica decisión de Parra fue prestar 3 millones de euros a su amigo el expresidente balear Jaume Matas para que pagara la fianza con la que evitó la cárcel. El banco intentó aparentar que la mitad del préstamo lo ponía la Caja de Arquitectos, que lo desmintió. Matas no ha pagado y el banco ha tenido que embargarle varios inmuebles.
La gestión personalista de Parra, consentida por el presidente de la entidad y vicepresidente de Bankia, José Luis Olivas, ha motivado malestar en el consejo de administración del Banco de Valencia, donde están representadas varias familias valencianas. Algunos de estos accionistas aseguran que Parra y Olivas no informan de las operaciones hasta que están hechas, por lo que se votan a posteriori.
Izquierdo, posible sustituto
Fuentes cercanas al banco valenciano aseguran que Rato ha exigido a Olivas que la filial no dé más problemas, lo que pasa por la sustitución de Parra. El último problema con el que se ha encontrado Olivas es la negativa de Calabuig, apoyado por Parra, a la venta de su 63 por ciento en Aguas de Valencia, que fondos como Vista Capital y, sobre todo, la multinacional Suez han intentado en los últimos meses. Suez tiene el 30 por ciento pero no participa en la gestión, y busca un socio valenciano para tomar el control de la compañía, mientras que al banco le vendría muy bien para mejorar su liquidez.
El candidato con más posibilidades para sustituir a Parra es Aurelio Izquierdo, exdirector general de Bancaja y director general de gestión de Bankia, que no está contento en Madrid, según las mismas fuentes, que apuntan que este relevo no es el único en las participaciones valencianas de Bankia. El presidente de Bancaja Hábitat, Ángel Villanueva, ha sido sustituido por la mano derecha de Rato en el consejo, José Manuel Fernández Norniella.
El beneficio neto del Banco de Valencia en el primer semestre de 2011 cayó un 64 por ciento, hasta 16,7 millones. La entidad, alcanzó una morosidad del 6,99 por ciento, dos puntos más que un año antes, y su capital principal era del 7,36 por ciento, aunque no se le exige llegar al 8, como al resto de entidades, al estar en un grupo.