Transportes y Turismo

Madrid, abierto por vacaciones: la capital resurge en verano libre de la masificación turística


Elena Garagui

Durante el verano de 2024, Madrid lideró el crecimiento de turistas internacionales en España con un aumento del 22,65% respecto al verano de 2022, y un incremento del 10,29% frente a 2019, recibiendo casi 2,8 millones de visitantes extranjeros entre junio y septiembre; solo en julio de 2024 la ciudad superó el millón de visitantes y obtuvo un repunte del 11,9% anual en extranjeros, frente al 7,3% nacional. Además, también se incrementó el gasto medio diario en 13% más que en 2023, hasta alcanzar los 317 euros.

La tendencia al alza se ha terminado de confirmar con los últimos datos del INE correspondientes al pasado mes de junio: las pernoctaciones en Madrid crecieron un 2,5 respecto del año pasado con un total de 1,8 millones.

Si bien es cierto que, históricamente, el verano siempre ha sido temporada baja para el turismo en Madrid, desde hace unos años la tendencia está cambiando, como así lo reflejan los datos. Los datos que ofrece el Ayuntamiento de Madrid reflejan que en el periodo estival de 2024 las pernoctaciones en la capital crecieron un 9,8%, logrando una ocupación hotelera de más del 80%, según cifras de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid. Aunque aún se trata de datos más bajos que en épocas claves para Madrid, como Navidad o Semana Santa, la tendencia año a año es de crecimiento.

Para Óscar Bellido, mánager del Hotel Casa Almagro by The Pavillions, "la menor demanda de habitaciones en verano implica también precios más competitivos" lo que sin dudad atrae otro tipo de perfiles turísticos, muy diferenciados de los de temporadas altas, en busca de "menor saturación y una experiencia más relajada". Justo lo que ofrece Madrid en estos meses estivales.

Reduciendo distancias con Navidad y Semana Santa

Parece que verano es sinónimo de playa, pero para muchos visitantes, sobre todo internacionales, también significa menos masificación turística en destinos de interior, y más en un contexto excesivo donde aún no se ha logrado un turismo sostenible que libere a las grandes ciudades de la presión del sector. Una de esas urbes es Madrid.

La capital de España sufre de una importante congestión sobre todo en dos momentos claves del año: en Navidad (con el conocido como 'puede de la Constitución' como pistoletazo de salida de la temporada) y Semana Santa. No así los meses de verano, considerado, hasta ahora, como un valle estival debido a la huida de su población hacia lugares de costa y al escaso turismo que llegaba. Una ciudad, en principio, poco atractiva, debido a las temperaturas que alcanza, llegando incluso a los 40º.

Pero, la capital no se detiene en verano, simplemente cambia de ritmo. El calor invita a bajar la marcha, pero también permite descubrir la ciudad desde otra perspectiva: con menos colas y más calma, y sin embargo con la misma oferta cultural, gastronómica y de ocio, una de las más ricas de todo el país. La llegada de visitantes entre julio y septiembre no para de crecer, sobre todo atraídos por la idea de evitar grandes aglomeraciones.

Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2023 entraron en Madrid más de 10,57 millones de visitantes, incluyendo 5,72 millones de extranjeros. Así, y con el incremento de plazas hoteleras, la ocupación media el verano de ese mismo año fue de un 73%, casi un 40% superior a 2022. El gasto medio diario también está en alza: de los 290 euros en 2023 a los 317 en 2024, lo que refleja un perfil algo distinto a aquel que suele visitar la capital en otras fechas del año.

Turista de calidad

El turista de verano en Madrid es considerado un 'turista de calidad', de entre 38 y 45 años y que viaja en pareja o en familia. Su estancia es también superior a otras épocas, pudiendo alojarse entre 4 y 6 noches para aprovechar la cercanía de Madrid con otras ciudades de interés cultura como Segovia o Toledo.

Este perfil es predominante es internacional, con Estados Unidos (115.000 viajeros solo en junio de 2025), México, Francia o Italia a la cabeza, pero también se está constatando una importante llegada de visitantes nacionales que buscan escapar de los destinos masificados de costa. Y aunque en general gastan algo menos que en otras épocas, siguen siendo un perfil con buen nivel adquisitivo. De los más de 914.000 turistas que visitaron Madrid el pasado mes de junio, el 60% fueron de nacionalidad extranjera, según reflejan los datos de INE, con un total de 1,2 millones de pernoctaciones.

La concejala delegada de Turismo del Ayuntamiento de Madrid, Almudena Maíllo, insiste en "la diversificación de mercados internacionales que muestra el turismo en Madrid fortalece el posicionamiento de la capital como un destino de calidad y atractivo, lo que se traduce en un crecimiento de la economía local".

En este contexto de crecimiento sostenido del turismo urbano en verano, Casa Almagro by The Pavilions se posiciona como una opción boutique de referencia para quienes buscan una estancia tranquila, con atención personalizada y en una de las zonas más elegantes de la ciudad. Así, Bellido, puntualiza que "Madrid en verano ofrece una experiencia diferente, más íntima y auténtica. Nuestros huéspedes valoran precisamente eso: el ritmo pausado, la calidad del entorno y la posibilidad de disfrutar de la ciudad sin aglomeraciones":

Por su parte, la propia Maíllo destaca que la capital "avanza con paso firme hacia un modelo turístico sostenible que atrae a visitantes respetuosos, interesados en la oferta cultural, patrimonial y gastronómica de la ciudad, y que sitúa a la capital como un destino competitivo a nivel internacional".

Giro de 180º en los destinos habituales

Aunque Madrid no sea símbolo de las protestas 'antituristas', como sí lo son Barcelona o Mallorca, no significa que no sufra los efectos negativos de la masificación turística, y de ahí que cada vez más sean los visitantes que eligen épocas del año concretas dónde la ciudad esté vacía, como es en verano: turistas que buscan evitar aglomeraciones y que eligen destinos menos explotados, lo que propicia la diversificación.

En la línea, y como consecuencia del cambio climático, desde hace uno años existe también una tendencia de turismo veraniego hacia lugares más frescos y con temperaturas soportables. Si Madrid resurge en verano libre de la masificación turística, otras regiones de España lo hacen por su clima templado.

Según el Blanco de España, que alerta sobre las consecuencias del cambio climático, el calentamiento global ha modificado las preferencias turísticas, con repuntes en las nortes del país, como por ejemplo Cantabria, que, junto con La Rioja y Navarra, registró un incremento del 26% en las pernoctaciones durante el 2023. Unos datos que contrastan con la ligera caída de otros destinos más turísticos como Canarias, Baleares y Andalucía, con un 0,5%, 0,1% y 0,2%, respectivamente.

De la misma manera, un estudio de CaixaBank Research, basado en gastos con tarjeta, halló que el crecimiento del gasto turístico entre 2019 y 2023 fue casi del 45% en municipios cuya temperatura media estival está por debajo de 17°C, frente al 25–35% en zonas con temperaturas superiores a 23°C

La Comisión Europea de Viajes corroboró que el interés por viajar a la región mediterránea entre junio y noviembre ha caído un 10%, y el 7,6% de los turistas menciona el clima extremo como factor de preocupación.