Transportes y Turismo

Alemania y Dinamarca presionan a Talgo para cumplir los plazos de entrega de sus trenes

Composición ICE L fabricada por Talgo para Deutsche Bahn. / Talgo

Víctor de Elena

Los operadores ferroviarios de Alemania y Dinamarca han fijado fechas precisas para la entrada en servicio de los trenes encargados a Talgo, tratando de poner fin a los retrasos acumulados en estos pedidos y marcando un punto de inflexión en la ejecución de dos contratos clave para el fabricante español. Tanto Deutsche Bahn (DB) como Danske Statsbaner (DSB) han situado el segundo semestre de 2025 como un momento decisivo para comenzar a operar con estas nuevas unidades en sus redes nacionales, que en un futuro se expandirán a países vecinos.

En el caso danés, DSB presentó la semana pasada su nuevo tren EuroCity, fabricado por Talgo, con el objetivo de ponerlo en circulación comercial en la ruta Hamburgo-Copenhague a partir de noviembre. Los primeros ocho trenes estarán disponibles este año y los siguientes ocho, en 2026. Antes de su entrada en servicio, se realizarán pruebas de circulación con pasajeros en Dinamarca. Se trata de un tren de 15 vagones de piso bajo con capacidad para alcanzar los 200 km/h.

El pedido inicial de DSB incluía ocho trenes, pero posteriormente se amplió a 16 incluyendo locomotoras de la serie 105, diseñadas por Talgo. Sin embargo, estas no entrarán en servicio hasta 2029 por problemas en su homologación, una labor que suplirán las máquinas Vectron de Siemens. Inicialmente, el fabricante de trenes español fijó 2023 como fecha de puesta en servicio de las primeras composiciones, un plazo que ha retrasado en varias ocasiones.

En Alemania, Talgo afronta con Deutsche Bahn su mayor compromiso empresarial. DB encargó 79 unidades del modelo ICE L, una adaptación particular del estándar Talgo 230, aunque ambas partes se encuentran en negociaciones para reducir el pedido al entorno de los 60 trenes. Serán trenes de larga distancia formados por una locomotora, 16 coches intermedios (uno de ellos restaurante) y un coche de control, con una velocidad máxima de 230 km/h y capacidad para 562 pasajeros.

El despliegue de estos trenes acumula también importantes retrasos. Inicialmente, estaba previsto que entraran en funcionamiento en diciembre de 2023 en la ruta Berlín-Ámsterdam, pero esta planificación fue suspendida ante el incumplimiento de entregas.

Según los planes actuales, cuatro trenes se pondrán en circulación este año, aunque solo en rutas nacionales alemanas, y otros nueve lo harán en 2026. La entrada en servicio depende también de las aprobaciones regulatorias. Al igual que en el pedido danés, las nuevas composiciones ICE L circularán remolcadas por locomotoras Siemens Vectron eléctricas y duales.

Pero no es solo el tren el que tiene que estar listo, también lo que ocurre entre bastidores. La pasada semana, DSB y Deutsche Bahn llevaron a cabo en Hamburgo una prueba clave en unos talleres del operador germano, donde se ensayó por primera vez la operativa de mantenimiento y puesta a punto de los nuevos coches Talgo. La validación fue positiva y supone un paso esencial para garantizar la operatividad de las unidades en sus recorridos diarios.

La presión que ejercen DB y DSB sobre Talgo en cuanto al cumplimiento de plazos llega después de años de demoras acumuladas y de la necesidad urgente de renovar flotas en ambos países. La compañía española, que mantiene la propiedad de los trenes mientras están en fase de pruebas, ha intensificado sus trabajos en estas semanas para cumplir los hitos comprometidos.