Transportes y Turismo

Renfe liquida su filial en EEUU con pérdidas de 4,5 millones tras el desplome del AVE de Texas

Imagen promocional del proyecto de Renfe en América.

Víctor de Elena

Renfe ha dado carpetazo a su apuesta empresarial en Estados Unidos. La compañía ferroviaria ha puesto en liquidación su filial Renfe of America al reconocer unas pérdidas acumuladas de 4,5 millones de euros y registrar un deterioro del 100% sobre las inversiones acometidas desde hacía más de un lustro, según consta en las cuentas anuales de su filial Renfe Proyectos Internacionales correspondientes al ejercicio 2024.

Renfe creó Renfe of America LLC para impulsar su expansión en el mercado ferroviario estadounidense, donde se había posicionado como socio estratégico en el desarrollo del proyecto Texas Central. La iniciativa preveía la construcción de una línea de alta velocidad de 386 kilómetros entre Dallas/Fort Worth y Houston. En 2021, la operadora pública española firmó un contrato con la empresa privada promotora de la línea, Texas Central, para encargarse de la operación comercial de la futura línea, que contaba con una previsión de ingresos de hasta 5.300 millones de euros hasta 2042.

Sin embargo, el proyecto fue encadenando retrasos, obstáculos judiciales y dificultades financieras, hasta quedar paralizado tras la retirada del respaldo público por parte de la Administración de Donald Trump en abril de 2025. El Departamento de Transportes estadounidense calificó la propuesta como "una empresa arriesgada para el contribuyente" y anunció la cancelación de la ayuda federal de 63,9 millones de dólares canalizada a través de la principal operadora ferroviaria norteamericana, Amtrak. La construcción, según las últimas estimaciones, habría superado los 40.000 millones de dólares.

El deterioro contable de la participación de Renfe en Renfe of America refleja la renuncia de la empresa pública a recuperar el capital invertido y el reconocimiento explícito de que no espera obtener retorno alguno de esta sociedad. La compañía creada para el proyecto americano fue traspasada a Renfe Proyectos Internacionales como parte de una reorganización patrimonial, pero su valor ha sido reducido a cero en las cuentas de 2024.

Además del deterioro de la inversión, Renfe ha tenido que asumir como pérdidas extraordinarias una serie de saldos pendientes de cobro acumulados desde hace años. "En el ejercicio 2024 lo que se ha hecho es reconocer la pérdida de saldos deudores de ejercicios anteriores por falta de cobro de trabajos realizados desde 2019. Al cumplirse cierta antigüedad de los saldos deudores de Texas Central con Renfe of America y no tener perspectiva ni garantías sobre su cobro, se ha registrado como pérdidas extraordinarias en las cuentas de 2024", explican fuentes de la compañía.

El ajuste se ha producido en un ejercicio en el que Renfe Proyectos Internacionales ha alcanzado unos ingresos de 16,9 millones de euros, con un resultado de explotación positivo de 3,2 millones. No obstante, el impacto del deterioro de Renfe of America, junto con el efecto fiscal del impuesto sobre beneficios, ha provocado que la sociedad cierre el ejercicio con unas pérdidas netas de 853.000 euros, frente a los 947.000 euros negativos del año anterior.

Expansión en Europa... a debate

La salida de Estados Unidos contrasta con los avances de Renfe en Europa, donde ha ido creciendo en los últimos años. La operación más reciente fue la entrada en el mercado ferroviario italiano mediante la compra del 33,3% de Longitude Holding, matriz de la operadora Arenaways, por un millón de euros, un valor hasta ahora no revelado. Esta adquisición ha permitido a la empresa acceder a su primer contrato de Obligaciones de Servicio Público (OSP) en el Piamonte italiano, con perspectivas de operar más líneas regionales y servicios de larga distancia.

Longitude Holding cerró el ejercicio con unas pérdidas iniciales de 156.000 euros, pero su estructura —con licencia ferroviaria y certificado de seguridad único (CSU)— permite a Renfe operar directamente en el país y optar a futuras licitaciones. La participación otorga a Renfe influencia en la sociedad y abre la puerta a un crecimiento sostenido en un mercado con similitudes regulatorias al español.

El otro gran activo internacional de Renfe es Leo Express, el operador checo del que es accionista mayoritario desde 2021. La compañía cerró 2024 con 40,4 millones de euros en ingresos, lo que supone un crecimiento de más de 16 millones respecto al año anterior, y duplicó el número de viajeros hasta los 3,8 millones. Además, logró un beneficio neto de 1,7 millones de euros, frente a los 165.000 euros de 2023.

Leo Express, que opera en República Checa, Eslovaquia y Polonia, prestó en 2024 servicios regionales y comerciales; realizó inversiones por más de 5 millones de euros para adaptar su flota al sistema de señalización europeo ETCS y lanzó un nuevo plan de inversión de 16 millones cofinanciado por la UE para mejorar su capacidad de operación dual (corriente alterna y continua).

Desde su entrada en Leo Express, Renfe ha contribuido a la estabilización económica y expansión de la operadora, que en 2024 ejecutó su primer contrato de servicio público regional en la región eslovaca del Danubio, conectando Bratislava con Komárno. Se trata del primer contrato OSP logrado por Renfe en Europa.