Iryo desmiente a Renfe y niega que su tren causara la segunda avería en la línea Madrid-Andalucía
- El presidente de Renfe atribuyó el corte de tensión a un enganchón con la catenaria, lo que agravó los efectos del sabotaje previo
- La operadora italiana sostiene que el convoy estaba detenido cuando cayó la catenaria y descarta fallos técnicos tras una inspección con Hitachi
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Víctor de Elena
Sigue la controversia por las incidencias que el pasado domingo y lunes interrumpieron la alta velocidad entre Madrid y Andalucía, afectando a más de 30 trenes y 11.000 viajeros. La operadora ferroviaria Iryo ha desmentido al presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, quien atribuyó parte de la avería a un enganchón de uno de sus trenes con la catenaria.
Heredia, publicó un mensaje en X el lunes por la noche donde explicó que la afección a la circulación ferroviaria no sólo fue producida por el sabotaje de cobres de cable, sino que fue un posterior enganchón de un tren de Iryo con la catenaria, que fue arrastrada lo que provocó que se paralizase el tránsito de trenes.
Iryo, por el contrario, ha explicado que el convoy 6208, detenido en ese momento a la altura de La Sagra, fue objeto de una inspección técnica junto a personal de Hitachi, encargada del mantenimiento de sus trenes. El resultado de esa revisión, según la empresa italiana y su mantenedor, certifica que "tanto el pantógrafo y demás elementos del tren se encuentran en perfecto estado", descartando que la afección fuese consecuencia de un fallo en su tren.
La operadora afirma que no hay "ningún indicio que presuponga cualquier tipo de problema eléctrico ni daño físico originado por el convoy". "El informe técnico resultante concluye de forma clara que tanto el pantógrafo y demás elementos del tren se encuentran en perfecto estado", apuntan.
La secuencia descrita por la empresa señala que el tren se encontraba parado desde las 21:26h debido a una parada técnica asociada a un robo de cable en los equipos de vía de la línea por la que transitava. Trece minutos después, a las 21:39h, se produjo la pérdida de tensión en la línea, momento en el que el maquinista informó de inmediato tanto a Adif como al centro de control de Iryo. "Con el tren ya parado durante 13 minutos, a las 21:39h, el convoy registró la ausencia de tensión, sin ningún tipo de perturbación u otros eventos", apuntan.
Tras recibir autorización del Centro de Regulación de Circulación (CRC), el maquinista accedió a la vía y constató que un tramo de la catenaria había caído sobre el tren y alcanzaba incluso el suelo. iryo detalla que el punto de caída se localizaba "varios metros por delante del pantógrafo", lo que, a su juicio, exime al tren de haber causado la avería. "La caída de la catenaria se produjo por causas completamente ajenas al tren", incluyen.
El tren 6208 no necesitó intervenciones posteriores y quedó disponible para prestar servicio comercial tras la revisión. Iryo asegura disponer de registros técnicos y material gráfico sobre lo ocurrido y se ha mostrado dispuesta a colaborar con Adif para esclarecer el incidente, a quien ha agradecido su cooperación.
La respuesta de la operadora participada por Trenitalia, Globalvía y los socios de Air Nostrum contrasta con la versión dada por el presidente de Renfe, quien recibió la información del ministerio de Transportes, en manos de Óscar Puente.
En concreto, en el programa La Noche en 24h de RTVE, Heredia explicó que ese supuesto enganchón se produjo "al inicio de la marcha, al retomar el contacto con el pantógrafo", cuando el cable "se partió", y añadió que la conexión defectuosa entre ambos elementos "se puede producir aunque el tren estuviera parado". "Se ha comprobado que el cable tiene elementos de fundición que pueden sugerir de que hubo alguna interacción, pero esto le puede pasar a cualquier tren de cualquier operador", comentó en directo.
"Es una incidencia no extraña, que sucede con cierta frecuencia, que son intrínsecas al sistema ferroviario, pero provocó un doble efecto, que tuviéramos la circulación degradada a consecuencia del robo de cable y que, con posterioridad, y con toda esa cantidad de trenes ya circulando, se produjera este segundo incidente", añadió.
"La suma de ambos tuvo un efecto multiplicador que dio lugar a una situación compleja a la hora de resolver el problema, porque el tren de Iryo se quedó allí parado, era necesario apartarlo. Renfe tenía un tren detrás, no tenía tensión, hubo que ir a rescatar a los dos, y eso generó un tapón, lo que generó ansiedad en los viajeros", declaró el presidente de la operadora pública.