Transportes y Turismo

Talgo anticipa pérdidas millonarias por la sanción de Renfe y CSIF anuncia paros como protesta

Trenes de Renfe en un taller de mantenimiento de Talgo. / Talgo

Víctor de Elena

El primer día de la nueva era de Talgo, una vez acordada la entrada del consorcio vasco (Sidenor, BBK, Vital y Finkatuz) para dar salida al fondo británico Trilantic, arranca con una amenaza de huelga de los trabajadores de la industria ferroviaria como respuesta a la sanción de 117 millones de euros impuesta por Renfe y que consideran injusta.

El anuncio de de paros llega después de que la dirección de Talgo anticipase a sus empleados que el resultado financiero del año será negativo, al tener que provisionar los 117 millones de multa impuestos por la operadora pública como consecuencia de los dos años de demora en la entrega de los trenes Avril que componen su nueva serie 106.

Renfe comunicó oficialmente la sanción en diciembre de 2024, lo que obliga a reflejarlo en las cuentas de ese ejercicio, que ya sufría de una importante merma en la rentabilidad dadas las dificultades de financiarse y la enorme presión que sufría por su carga de pedidos, al tener que disponer de fondos para adquirir materiales a terceros.

El fabricante de trenes, que presentará sus cuentas el próximo 25 de febrero, anticipa ya el roto en su contabilidad, dada la limitada capacidad de maniobra para hacer frente a tal sanción. Talgo ganó 12,2 millones de euros en 2023; apenas 1,4 millones en 2022; 29,2 millones en 2021; perdió 7,4 millones en 2020 e hizo su mejor resultado en 2019, con 40,1 millones de ganancias.

Los trabajadores denuncian que, como consecuencia de ese resultado negativo, la compañía les ha comunicado que no cobrarán la parte variable de sus salarios, tal y como fija el artículo 44 del convenio colectivo de Talgo.

Como consecuencia de estos hechos, el sindicato mayoritario en la empresa, CSIF, ha convocado movilizaciones en todas las bases de mantenimiento de trenes fabricados por Talgo, así como en la compañía Tarvia, dedicada a la revisión de los trenes Avril y cuyo accionariado está participado por Renfe.

Estas protestas afectarán al servicio de Renfe en 22 líneas que conectan Madrid con Barcelona, Valencia, Alicante, Málaga, Murcia, Almería, Granada, Cádiz, León, Badajoz, Burgos, Santander, Asturias, Ourense, Lugo, Ferrol y Vigo; así como al Corredor Mediterráneo (Figueres-Barcelona-Valencia-Alicante) y a la ruta Barcelona - Vigo - A Coruña.

El sindicato considera que la multa impuesta por Renfe "supondrá que los 2.600 empleados de la compañía dejen de ingresar 10 millones de euros en variables salariales correspondientes a ese año". Además, muestra su rechazo a la misma al considerar que "gran parte de los retrasos" en la fabricación de los trenes "se debieron al impacto de la pandemia, el confinamiento y la crisis de proveedores (que causó el retraso en la llegada del material), así como la falta de vías para realizar las pruebas y de maquinistas".

Además, desde CSIF recuerdan que el Gobierno declaró a Talgo como "empresa estratégica" durante los meses más duros de la pandemia, "por lo que no parece de recibo que se vean perjudicadas sus nóminas después de la labor y el esfuerzo realizado por la plantilla en este periodo". Tras solicitar una reunión a la presidencia de Renfe que no ha sido atendida, CSIF convoca paros "por la indiferencia mostrada a las peticiones de Talgo". A ese respecto, solicitan a la operadora ferroviaria a "que recapacite para no llegar a esta situación".