Transportes y Turismo
El sector inmobiliario minimiza el impacto de los pisos turísticos sobre la subida de los alquileres en Barcelona
- Los arrendamientos de temporada y de habitaciones también influyen en el alza
Aleix Mercader
Barcelona,
Aunque el precio del alquiler no ha dejado de aumentar en los últimos años en Barcelona, a pesar incluso del tope de rentas puesto en marcha por la Generalitat, distintas fuentes del sector inmobiliario matizan el efecto directo de los pisos turísticos sobre este encarecimiento. Esta es uno de los argumentos que agitan el debate sobre este tipo de viviendas a raíz de la prohibición total anunciada por el alcalde Jaume Collboni a partir de 2029.
Es cierto que Barcelona cerró el año pasado con un incremento interanual del 12,4% del precio del metro cuadrado, según Idealista. En concreto, se alcanzó una cifra media de 20,5 euros. "La vivienda turística ha ayudado a la desaparición de una parte de la oferta en algunas zonas concretas, aunque en ningún caso se trata de la causa principal", sostiene Francisco Iñareta, portavoz de la plataforma.
Hay que tener en cuenta, además, que desde el año 2010 no se conceden nuevas licencias en el casco viejo de la Ciudad Condal, la zona que hoy por hoy concentra más permisos. En el resto de la urbe no se entregan nuevas autorizaciones desde 2014.
Además, como señala Òscar Gorgues, gerente de la Cámara de la Propiedad de Barcelona, "las viviendas turísticas se han controlado mucho en la ciudad". "Hubo un momento en que se disparó la oferta no regulada y el gobierno de la alcaldesa Colau puso las herramientas de control y se redujo la actividad no legal de forma importante", apunta.
"El precio del alquiler de Barcelona comenzó a aumentar en 2021 y lleva prácticamente dos años marcando máximos sin indicios de moderación. La razón de estos incrementos es el desequilibrio que hay entre oferta y demanda", tercia María Matos, directora de estudios de Fotocasa.
Falta de vivienda pública
La principal problemática de Barcelona es la falta de vivienda social disponible en el stock de alquiler, fruto de años de escasa promoción pública y falta de acuerdos entre la Administración y los operadores privados.
Sí es cierto que el incremento de apartamentos sin licencia --en Barcelona solo hay 10.101 permisos concedidos, pero se desconoce la cifra exacta de pisos pirata--, así como de los arrendamientos de temporada y de los arrendamientos de habitaciones, puede haber incidido en el alza del precio de los alquileres.
Estas opciones son una "vía de escape que están utilizando muchos propietarios para esquivar las limitaciones de la nueva normativa", apunta Matos.