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Majaelrayo, el desconocido pero con encanto pueblo de pizarra negra a dos horas de Madrid y con menos de 100 habitantes

Varias casas en Majaelrayo, Guadalajara. Firma: iStock

elEconomista.es

A menos de dos horas en coche de la ciudad de Madrid hay una infinidad de pueblos en los que uno puede desconectar del ajetreo, descubriendo hermosos paisajes y construcciones de cientos de años de antigüedad.

Una de las zonas más bonitas alrededor de Madrid son los pueblos negros de Guadalajara, a la que pertenecen municipios pequeños que a lo largo de los tiempos han conservado su rústica arquitectura con sobrias construcciones en las que destaca la pizarra negra.

Una localidad de este grupo de pueblos es Majaelrayo, con menos de 100 habitantes, a 68 kilómetros de Guadalajara y a 120 de Madrid. Se sitúa a 1.182 metros sobre el nivel del mar en la cabecera del valle de la Sierra del Ocejón y bañado por el río Jaramilla, destacando por sus pastos abundantes.

En Majadelrayo se ha protegido su patrimonio cultural para que sus contrucciones de pizarra no desaparezcan. Además, es famoso por sus tradicionales chozos de pastor que son construcciones de piedra seca utilizadas por los pastores durante siglos.

Fue repoblado tras la reconquista de esta parte de la transierra por parte del rey Alfonso VI y la expulsión de los moriscos al sur de la cuenca del Tajo. A raíz de eso, las poblaciones se fueron asentando. Desde sus inicios, este pueblo perteneció al alfoz o común de Villa y Tierra de Ayllón cuya riqueza dependía de la ganadería.

Dentro del pueblo llama la atención la iglesia, dedicada a San Juan Bautista, de construcción moderna que se construyó con la idea de integrarse en el entorno al estar hecho de pizarra. También son de interés sus fuentes de agua: la Fuente del Caño del siglo XIII; la Fuente Buena y la Fuente de la Cabezadas.