Renfe cambia París por Lyon como destino de su sucursal en Francia

Renfe avanza en su ofensiva en Francia. El consejo de administración de la operadora ha decidido que la empresa implantará finalmente en Lyon la nueva sucursal en el país vecino, con el objetivo de desarrollar las oportunidades de negocio en el mercado francés, principalmente la alta velocidad y los servicios OSP que se están liberalizando en algunas regiones del país. La decisión de la compañía presidida por Raül Blanco está supeditada a la autorización del Ministerio de Hacienda.

El objetivo es acometer con éxito la implantación en el mercado francés, uno de los principales países en los que tiene puesta su mirada en el exterior y una pieza fundamental en el plan de internacionalización, que pasa por que las ventas desde fuera de España representen el 10% del total en 2028.

La decisión de la compañía de implantar una sucursal en Francia llevaba tiempo barajándose, pero con el foco puesto hasta el momento en París. La constitución de la sucursal permitirá llevar a cabo todo tipo de servicios, desde firmar contratos a comercializar servicios (venta de billetes), emitir facturas, contratar personal, entre otros.

Con el plácet de Hacienda, la compañía complementará así su representación institucional en el país, donde desde 2020 contaba únicamente con una oficina de representación. Un año después, en 2021, eligió a Manuel Leza, que llegaba del Gobierno Vasco, donde fue director de Transportes y máximo responsable de la división ferroviaria, como máximo responsable del mercado galo.

Ahora, la compañía ha elegido a su máxima responsable para la sucursal. Será Susana Lozano, gerente de Área de Servicios Comerciales Internacional de Renfe Viajeros y anterior gerente del Proyecto Elipsos, la sociedad conjunta que explotaba conjuntamente el operador incumbente y la SNCF en viajes transfronterizos. Esta alianza se rompió de manera unilateral por la compañía pública francesa una vez consiguió entrar en España a través de su filial Ouigo para servicios de alta velocidad en los corredores Madrid-Barcelona, Madrid-Valencia y Madrid-Andalucía.

Desde SNCF defienden su divorcio con Renfe en que la alianza no era rentable desde hace años (las pérdidas acumuladas rondaban los 100 millones en una década) y recuerdan que ya rompieron pactos similares como el que tenían con Trenitalia, el operador público italiano, con quien operaban los servicios entre Francia e Italia a través del trayecto París-Turín-Milán, operado con la empresa conjunta Artesia.

Rutas preferidas

Renfe tiene previsto comenzar los servicios comerciales Barcelona-Lyon y Madrid-Marsella este verano, una vez obtenidos todos los certificados de seguridad y formado el personal de conducción. La compañía ya ha establecido los surcos para sus operaciones y podrá ofrecer 28 circulaciones semanales, es decir, dos trenes diarios en cada una de las líneas, aunque el despliegue se llevará a cabo en varias fases y con un crecimiento progresivo. Asimismo, la empresa española continúa desarrollando los trabajos para conseguir el Certificado de Seguridad para operar en el resto de Francia y poder llegar a París, uno de los destinos más codiciados.

Al margen de la alta velocidad, Renfe también se ha interesado por los servicios públicos regionales (TER, por sus siglas en francés) que Francia ha empezado a liberalizar. Estas rutas se están abriendo a la competencia a través de concursos públicos en regiones como Hauts y Grand-Est, donde ha buscado asesoramiento de la mano de la big four EY y en la firma especializada Mcrit.

En Hauts, de momento, SNCF ha renovado el contrato y ha frenado la entrada de otros rivales (además de Renfe se presentaron Regione RDGL Rail y Arriva International, entre otros), pero en otras zonas del país, como la región PACA (Provenza-Alpes-Costa Azul), SNCF ha cedido algunas rutas frente al operador privado Transdev.