Transportes y Turismo

Las aerolíneas cogen altura tras la pandemia

  • La demanda, los recortes y las subvenciones, claves en la recuperación
Avión despegando. Foto: EP

María Albalat Bello

Hace dos años, las restricciones para las aerolíneas eran múltiples en todos los países. De hecho, la mayoría de naciones tenían cerradas sus fronteras u obligaban a hacer cuarentena al llegar. Todo esto se tradujo en una reducción de los trayectos de las compañías, ya que viajar por ocio era prácticamente imposible. Como consecuencia, sus expectativas económicas eran muy pesimistas, pero después del plan de vacunación, la explosión de la demanda, los recortes empresariales y las subvenciones públicas, la mayoría ha logrado obtener beneficios en 2022.

Tras la pandemia, el auge del teletrabajo y los ahorros acumulados durante el confinamiento ha permitido que muchas familias puedan hacer viajes. Las empresas han adoptado sistemas de trabajo que dejan a sus trabajadores organizar viajes que se extienden más allá del fin de semana. De hecho, muchas aerolíneas han visto como han incrementado las reservas los martes, e incluso los miércoles, según informa The Wall Street Journal. Además, los depósitos de las familias aumentaron un 15% desde febrero de 2020 hasta abril de 2022.

Por otro lado, durante los meses de restricciones, la reducción de operaciones hizo que muchas aerolíneas recortaran sus plantillas y, en consecuencia, costes. Por ejemplo, EasyJet despidió al 30% de sus empleados y American Airlines el mismo porcentaje pero del departamento administrativo. Los ajustes de personal también se hicieron en los aeropuertos, y con la explosión de la demanda en 2022 muchos aeropuertos se vieron saturados, viéndose obligados a limitar el número de operaciones dentro del mismo.

En el caso del International Airlines Group (IAG), que concentra compañías como British Airways, Iberia o Aerlingus, su director ejecutivo ha anunciado que vuelven a tener beneficios y, de hecho, han aumentado las ganancias un 173% respecto al año anterior, con 4.200 millones de euros. Parte de este dinero se destinará a la compra del 80% de Air Europa por 400 millones de euros. "Todas nuestras aerolíneas fueron rentables", apuntó el director ejecutivo del IAG, Luis Gallego.

Las expectativas son tan positivas que el grupo también ha mostrado interés en adquirir la compañía portuguesa TAP, que acumula más del 7% de la cuota de tráfico hacia el Atlántico sur. Este movimiento ha vuelto a despertar la preocupación en Bruselas, que está pendiente de aprobar la operación IAG-Globalia, por la monopolización de las operaciones por parte de la sociedad hispano-británica.

La recuperación también ha llegado a Singapore Airlines, que además en los últimos nueve meses alcanzó su beneficio neto récord de 1.989 millones de dólares. Qantas Airways también ha registrado en su último semestre sus ganancias antes de impuestos más altas, con 1.430 millones de dólares, un 49% más que en 2018. "Este es un gran cambio considerando las pérdidas masivas que enfrentamos hace solo 12 meses", apunta el presidente ejecutivo de la aerolínea australiana, Alan Joyce.

China se estanca

Esta mejoría no se ha reproducido en países como China, donde el cierre de fronteras ha prevalecido durante el último año. A esto se suma la dependencia de las compañías asiáticas de los vuelos internacionales. Por todo ello, los niveles de pasajeros tan solo alcanzaron el 52% respecto a los años anteriores a la pandemia, a nivel mundial se registró un 82%, según la asociación Airports Council International.

Pese a que Pekín ya ha abandonado las estrictas normas de covid-cero, los vuelos a la capital china siguen siendo limitados y las tasas del aeropuerto muy elevadas. Air China ha sido la mayor perjudicada porque los viajes internacionales suponían el 31% de sus ingresos antes del covid. Según la información transmitida por el jefe de investigación de UBS, China volverá a registrar los niveles de turistas extranjeros a partir de 2025. En 2023, el organismo internacional espera que las aerolíneas asiáticas registren unas pérdidas de 6.600 millones de dólares.