Transportes y Turismo

Los hoteles de Barcelona 'perdonan' la inflación al Mobile World Congress

  • El acuerdo para que la ciudad sea sede permanente topa los precios en el 5%
  • La tarifa media del alojamiento en la capital catalana ha alcanzado precios récord este verano
  • El evento también verá incrementadas un 60% las ayudas públicas a partir del año 2025
Edición 2022 del Mobile World Congress. EE

Estela López

La continuidad del Mobile World Congress (MWC) en Barcelona como sede estable más allá de 2024 fue anunciada por todo lo alto en julio, pero este vínculo a largo plazo ha requerido incentivos entre los que figura un compromiso de alojamiento que no se verá afectado por la elevada inflación, según han indicado a elEconomista.es fuentes conocedoras del acuerdo.

Desde que el MWC recaló por primera vez en la capital catalana en 2006 contó con un paquete de habitaciones a precios topados ofrecidas por el Gremio de Hoteles. Y es que uno de los motivos por los que la feria abandonó su sede anterior en Cannes (Francia) fue el desorbitado precio que tenían que pagar por el alojamiento pese a ser temporada baja.

Los hoteles de Barcelona han mantenido esta reserva de habitaciones a lo largo de los años, en las sucesivas renovaciones de la alianza entre Fira de Barcelona y la GSMA, y para el nuevo contrato han aceptado ofrecer las mismas condiciones vigentes pese al escenario inflacionista.

Así, la organización del MWC seguirá contando cada año con 26.000 habitaciones a las que se les aplicará un incremento de precios internanual referenciado al IPC más tres puntos, pero con un techo máximo del 5%, que queda muy lejos del IPC actual, superior al 10%.

El presidente del Gremio de Hoteles, Jordi Clos, señalaba hace unos días, sin entrar en los detalles del pacto, que éste era "razonable" para los organizadores y para los hoteleros, en beneficio de ambos.

Fuentes del Gremio de Hoteles consultadas por elEconomista.es argumentan que, aunque estas habitaciones no vean cubierta la inflación, los hoteles de la ciudad reciben también miles de reservas a precio libre para esos días, y que acoger el MWC es mucho mejor que perderlo, más aún en fechas de temporada baja como es finales de febrero, en las que el evento supone más que duplicar la facturación, según sus estimaciones. Y es que, desde su llegada a Barcelona en 2006, el Mobile World Congress ha tenido un impacto económico positivo de 5.400 millones de euros.

Para la edición de 2023, si no hay imprevistos, la GSMA confía en que el MWC atraiga a Barcelona al menos a 70.000 u 80.000 asistentes. El récord fue en 2019, con 109.000 asistentes, pero los organizadores aseguran que, pese a la reducción de congresistas y sus elevados costes fijos, el evento es rentable.

Respecto a la situación de los hoteles, este verano han alcanzado precios récord, por encima de las cifras prepandemia, si bien la ocupación todavía se sitúa por debajo (ver gráfico), y los costes se han disparado.

También ayudas públicas

En julio, cuando GSMA afirmó que había decidido celebrar el MWC en Barcelona "para siempre", se desveló también el aumento de las ayudas públicas para el evento, en una rueda de prensa en la que participaron una docena de representantes del Gobierno, la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y las entidades organizadoras del congreso (GSMA y Fira de Barcelona).

La aportación era de 15 millones anuales desde 2012, y a partir de 2025 se actualiza con un incremento del 60%, hasta 24 millones por año, en el marco de un contrato hasta 2030 que incluye un "sistema de renovaciones tácitas automáticas" anuales a partir de entonces, si no hay oposición expresa de ninguna de las partes, según el director general de Fira de Barcelona, Constantí Serrallonga, que atribuyó la subida de las aportaciones a la inflación, el impacto económico del evento y el interés de otras ciudades del mundo por captarlo.

El documento también incluye el compromiso de ampliación del recinto Gran Via de Fira de Barcelona para 2026 (este otoño empezarán las obras), y el congreso seguirá siendo evento de excepcional interés público, lo que implica ventajas como incentivos fiscales para los patrocinadores.