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LG G6, un gama alta notable que presume de cámara y pantallas pero al que le condena su precio


    Chema Flores Quesada, Remo Vicario

    LG ha dado un giro radical a su estrategia de telefonía con respecto al año pasado y ha acertado de lleno. La compañía surcoreana ha dejado de lado el experimento de los teléfonos modulares que marcó el desarrollo del G5 para innovar en el G6 hasta conseguir un teléfono mucho más redondo.

    El G6 ha sido capaz de dar sólidos pasos hacia adelante en aspectos clave en el mercado de smartphones como la incorporación de una pantalla sin apenas marcos y que aprovecha al máximo el frontal del teléfono, así como sigue apostando por la incorporación de la doble cámara trasera. Sin embargo, pese a haber conseguido un teléfono muy completo en la gama alta, el principal problema al que se enfrentará es a su precio, 749 euros, alto para el competitivo rango de la gama más alta.

    Y es que aunque el LG G6 se encuentra entre los mejores de la clase, sí que se sitúa medio escalón por debajo de otros terminales de alta gama como el Galaxy S8 o el iPhone 7 y su experiencia de uso queda más emparajeda con teléfonos más asequibles como el Honor 8 Pro o el OnePlus 3T.

    El diseño del G6 es confortable y pese a fiarlo todo a su gran pantalla de 5,7 pulgadas, sus dimensiones no son excesivas (148,9x71,9x7,9 mm.) gracias a que aprovecha casi todo el frontal del teléfono. Con esto se logra un manejo mucho más cómodo que en los modelos anteriores de la compañía. Su gran pantalla precisamente es su gran atractivo ya que da al usuario la sensación de una inmersión total en el contenido que ve en su teléfono, eso sí, la experiencia no es completa debido al ratio 18:9. Con esta nueva disposición de la pantalla LG se adelanta a la que parece que será la tendencia en los teléfonos, sin embargo, la mayoría de las aplicaciones no están optimizadas todavía a ese formato, con lo que en la práctica no se puede aprovechar al completo en muchas de ellas y quedan franjas negras en vídeos o juegos.

    En su interior, el LG G6 monta un procesador Snapdragon 821 que le hace ir fluido y de forma óptima en todas las tareas de productividad que se deseen, eso sí, cabe tener en cuenta que no equipa el chip más avanzado del mercado, con lo que a la hora de pelear con otros smartphones como el Galaxy S8 se nota el salto de calidad. Sólo los usuarios más exigentes notarán esta diferencia en su rendimiento, pero precisamente es a este target al que a priori se dirige el teléfono.

    La fluidez que experiencia el usuario se completa con este procesador con 4 GB de RAM y una capa de personalización de Android Nougat cada vez más simple si se compara con sus modelos anteriores. Aunque todavía está lejos de considerarse un Android puro, se aprecia el esfuerzo de la compañía en este sentido frente a otras alternativas del mercado.

    Una cámara resultona

    Más allá de la pantalla, el segundo elemento diferenciador del LG G6 es su cámara. El smartphone monta una cámara dual de 13 megapíxeles siendo una lente estándar y otra un gran angular de 125 grados, con F/1.8 y F/2.4, respectivamente.

    La doble lente no sólo permite captar más luz y mejora en tomas en ambientes con iluminación reducida con respecto a modelos anteriores de la compañía, sino que mejora el sistema que comenzó en el G5 de permitir tomas con gran angular, con el que se consiguen fotografías muy llamativas.

    A este posibilidad de tomas angulares gracias a su doble lente y a la apertura que permite tomar mejores fotos nocturnas, cabe destacar el sistema de auto enfoque mejorado con detección de fase. Este sistema permite enfocar muy rápido gracias al detectar al instante los objetos de la imagen y permite un disparo muy veloz.

    En su parte frontal monta una cámara de 5 megapíxeles con apertura F/2.2 que también apuesta por un sistema de gran angular (100 grados) pensando en selfies grupales.

    Un smartphone notable al que le condena el precio

    En suma, con el G6 LG ha conseguido un terminal muy completo en todos sus aspectos que rinde de forma notable pero al que le falta un elemento completamente diferenciador -más allá de la pantalla- para terminar de atrapar al usuario.

    El G6 rinde con nota en los principales requerimientos que se exigen a un teléfono de gama alta, incluyendo la batería, que con la optimización de sus 3.300 mAh su uso se estira con uso intensivo más allá de un día. Sin embargo, sus 749 euros de precio oficial de salida le han podido condenar a pasar a un segundo plano en la gama alta.

    A día de hoy se pueden encontrar promociones por 200 o 250 euros menos de su precio de venta salida, una cantidad mucho más adecuada y bajo la que debería ser una de las recomendaciones de compra de este año.