¿Por qué Apple necesita otra genialidad?
Apple necesita una genialidad como agua de mayo, algo parecido a lo que en su momento significó el iPhone o el iPad. Podría ser el iWatch o cualquier otro invento capaz de crear una revolución. No es fácil lo que demandan estos días los analistas y amigos de una marca. Lea aquí gratis la nueva revista digital elEconomista Tecnología.
El caso es que la compañía tiene a los suyos muy mal acostumbrados. O muy bien, según se mire. La que, hasta el pasado verano, era la compañía cotizada más valiosa del mundo, con una capitalización de 621.000 millones de dólares -503.000 millones de euros-, ahora vale 416.121 millones de dólares, 356.000 millones de euros. Y por si fuera poco la presión bursátil y la amenaza competitiva de Samsung y Google, ahora se añade el cerco fiscal que aflora tanto en Europa como en Estados Unidos, por tributar sólo por el 1,9% de sus beneficios en el extranjero en 2012.
La reciente de historia de la firma ha dado un vuelco en los ocho últimos meses. En ese periodo, los títulos pasaron de los 702 dólares de septiembre a los 443 dólares que cotiza a media sesión de hoy miércoles, un 36% menos. Esa trayectoria comenzó a darse la vuelta la última semana de abril, gracias al primer pago de dividendos de los últimos 17 años. Desde el pasado 23 de abril hasta la fecha, la firma se ha anotado un repunte del 9%. Pese a ello, los analistas están pendientes de algo más, quizá de una nueva genialidad que confirme la recuperación del terreno perdido en los últimos meses. El iPhone y el iPad, siguen siendo seductores, pero han perdido la jovialidad y capacidad de sorpresa de años atrás.
Quizá ha llegado la hora del iWatch, el reloj inteligente con el que Apple pretende atarnos Internet a la muñeca, a través de una pantallita flexible de apenas 1,5 pulgadas. También podría ser un televisor inteligente que fuera lo nunca visto. Sea lo que sea, la empresa debe sacarse otro prodigio de la chistera y olvidar el frío invierno pasado. Los récords de un trimestre para otro parecen ahora lejanos.
Algunos piden a gritos nuevos productos con los que dar un golpe sobre la mesa, para dejar claro quién es el verdadero rey. Por todo ello, los inversores se preguntan a qué espera Apple para reaccionar. Pese a lo anterior, las luces de emergencia no se han encendido en Cupertino. Confían ciegamente en su propio ritmo de lanzamiento de productos, ajenos a presiones externas.
El móvil manda
Pero que nadie se engañe: la telefonía móvil es lo que manda. Dos tercios de los beneficios de Apple proceden de los iPhones, y ese detalle no se les escapa a los estrategas que rodean a Cook. Por ese motivo, uno de los asuntos a cuestionarse sería considerar el actual ritmo de renovación de los teléfonos. El iPhone 5, presentado en septiembre de 2012, se ha quedado desplazado ante el fulgor de otros smartphones más novedosos. En el catálogo de móviles de alta gama del año sobresalen los Samsung, Sony, LG, HTC, así como las apuestas más ambiciosas de Nokia y BlackBerry. Todos ellos prevén pelear esta primavera y verano entre sí, sin la amenaza del contraataque de Apple.
Salvo sorpresa mayúscula, la compañía de California, fiel a sus hábitos, podría presentar la nueva versión del iPhone a finales de septiembre. El nuevo sistema operativo, tanto iOS como OS X, verá la luz durante la Conferencia Mundial de Desarrolladores (WWDC), fijada entre los próximos 10 y 14 de junio. Esas fechas deberían convertirse en el punto de inflexión de Apple. Para este otoño toca la versión mejorada del iPhone 5, que se denominará iPhone 5S o iPhone 6 y que, salvo fenómeno extraño, lucirá idéntico diseño que el móvil del año pasado. Eso es lo que marca el guión.
¿Cambiar reglas?
Pero quizá sea el momento de cambiar ciertas reglas. "¿A qué espera Apple para adelantar el calendario y meterse de nuevo en la batalla?, se preguntan ahora los estudiosos de la casa. Ciertos expertos aseguran que Apple podría competir con iPhone de bajo precio, pero eso no está claro, son rumores. Lo cierto es que Jobs se retorcería en su tumba si se materializa esa posibilidad. Representaría traspasar una línea roja en una compañía más preocupada de los altos márgenes que de los elevados volúmenes. Ya se verá qué pasa.
No obstante, Cook rompió el año pasado el ideario del fundador al anunciar que empezaría a repartir dividendos. Eso se concretó a finales del pasado abril, una vez que la compañía animara su cotización al desvelar que rompería la hucha con 144.000 millones de dólares y que repartiría 100.000 millones de dólares durante los tres próximos años, a razón de 33.000 millones por ejercicio. El pago de 2,65 dólares -2 euros- por acción es uno de los dividendos más generosos que se recuerda en Estados Unidos. Para redondear la jugada, la firma también rompió los moldes al adquirir acciones propias por valor de 10.000 millones de dólares.
Apple tiene motivos para aprender de sus jugadas maestras. La revolución de las tabletas, con el iPad de pionero, fue una de las noticias más felices de la industria tecnológica del último lustro. El fenómeno ha creado un nuevo mercado, pero sus efectos colaterales inquietan a los fabricantes de ordenadores -Apple entre ellos-. Las ventas de PCs siguen en caída libre, en parte por la competencia de las tabletas. Yeso no tiene vuelta atrás.
El iWatch, el celebrado reloj inteligente de Apple, puede ser un excelente revulsivo. Otros fabricantes también trabajan en la misma ocurrencia, por lo que no parece que el gadget replique el efecto sorpresa que en su momento disfrutaron el iPod, el iPhone y el iPad, además del iTunes y el AppStore. El nuevo filón no debería tardar. ¿A qué espera Cook para reaccionar?, se cuestionan los críticos, los mismos que siembran rumores sobre el posible cese del patrón. El líder de un fondo de inversión echó gasolina al fuego a través de Twitter al lanzar una pregunta al aire: ¿está Tim Cook acabado? También le puso en el disparadero Gene Marcial, de Forbes, al hacerse eco de posibles relevos en la cúpula. Pese a tanto runrún, los accionistas de Apple tienen su corazón dividido: pueden criticarle su falta de carisma o reprocharle por no pensar diferente, pero también deben estarle agradecido, ya que los títulos de la compañía tocaron el cielo hace justo un año, bajo su mandato. La respuesta de Cook, al prometer que Apple continuará "haciendo lo mejor", dejó impasibles a los inversores. Todos anhelan una nueva genialidad.
Ya está disponible el primer número de la nueva revista digital elEconomista Tecnología. Lea aquí gratis la nueva revista digital elEconomista Tecnología.